Macchina, la nueva vitrina de arte joven bajo el alero de la Universidad Católica
Instalada en la sede de Campus Oriente, la galería está dirigida por la artista Mónica Bengoa.

Tener una galería de exposiciones dentro del mismo campus fue un proyecto por años anhelado y también continuamente desechado por la Universidad Católica. Ahora, sin embargo, se impuso el anhelo. Macchina, la nueva vitrina de arte joven, debutó hace algunas semanas, impulsada por la Facultad de Arte de esa casa de estudios. Instalada dentro de sus mismos pasillos, pretende incorporarse al circuito de galerías para difundir no solo el trabajo de sus alumnos, sino de cualquier artista que posea una propuesta innovadora. "La bautizamos como Macchina porque es un proyecto que se inserta en un espacio de formación, que es por esencia un lugar de producción. El nombre en italiano es un pequeño guiño al futurismo, que también relacionamos con esta especie de fábrica", explica la artista visual Mónica Bengoa, directora y curadora de la galería.
El espacio recibirá seis muestras anuales, de las cuales cinco serán por concurso público, mientras que la última corresponderá a un proyecto curatorial de la galería junto con el Instituto Británico de Cultura, que invitará a un artista extranjero a mostrar su trabajo. Para los creadores locales, la convocatoria a exponer en 2011 se cierra el 5 de enero y los proyectos serán evaluados por un comité compuesto por los docentes y artistas de la U.Católica: Voluspa Jarpa, Ricardo Fuentealba, Tomás Rivas y Mónica Bengoa. "La galería no tiene fines comerciales. El objetivo principal es ser un puente de intercambio entre las producciones contemporáneas y nuestros alumnos, queremos generar espacios de discusión y reflexión. La idea es que cada muestra vaya acompañada de una conversación abierta al público general, aunque sabemos que la mayoría de los asistentes serán nuestros propios alumnos", dice Bengoa.
Nuevas tecnologías
Aunque los resultados de la convocatoria se sabrán el 17 de enero, Macchina partió con una marcha blanca, exhibiendo los trabajos de dos artistas egresados de la escuela: Felipe Sepúlveda y Bernardita Bennett. En la muestra Proyecto piloto, abierta hasta el 22 de diciembre, los artistas exponen una serie de obras que mezclan lo artesanal con lo digital, el video y la animación. Con un pie en el arte y otro en el diseño gráfico, la obra de Felipe Sepúlveda (27) toma escenas, paisajes y personajes del imaginario colectivo para reinterpretarlos, a través de materiales precarios, como papel o cartón, y luego volver a llevarlos al soporte digital. En Proyecto piloto juega con una imagen cordillerana, donde 1.500 alpinistas son recortados en un papel blanco de ocho metros de largo, que cruza la galería. Incluye una animación proyectada en una de las paredes, donde varios personajes atraviesan una montaña en una secuencia infinita.
En la misma línea se encuentra Bernardita Bennett (25), quien ha investigado el género del retrato, llevándolo a la técnica del stop motion (animación cuadro por cuadro). El resultado es una obra que suspende la realidad, la recorta, pega y distorsiona. "Ambos se complementan de un modo muy interesante y sus obras reflejan las preocupaciones del arte contemporáneo. Por un lado, reflexiones en torno a la manualidad y, por otro, al uso de nuevas tecnologías. Queremos que nuestra galería albergue investigaciones de punta, trabajos que inviten a la reflexión desde una visualidad y materialidad potentes, que sean un verdadero estímulo", concluye la directora.
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