El último retratista: muere el crítico de arte y escritor John Berger
El influyente intelectual británico falleció este lunes a los 90 años. Además de polémico ensayista, fue autor de una serie de novelas.

Marcó un hito en la manera de promover el arte. Con su pelo revuelto y mirada profunda, John Berger enfrentó la rigidez de la televisión en la década del 70.
En el primer capítulo de su programa Modos de ver, frentes a las cámaras de la BBC, el crítico de arte dijo que cuestionaría la tradición de la pintura europea. Berger tomó un cuchillo y cortó un fragmento de tela de una reproducción del cuadro Venus y Marte, de Botticelli. El pedazo arrancado era el rostro de la diosa que protagoniza la obra.
"¿Por qué vemos esa pintura cómo nadie la vio antes? Si descubrimos por qué esto es así, también descubriremos algo sobre nosotros mismos", dijo Berger a los espectadores, que se volvieron también seguidores de su trabajo.
"Su libro Modos de ver, y la serie de la BBC, de 1972, basada en esa obra, cambiaron la manera de ver el arte de al menos dos generaciones", apuntó el diario The Guardian sobre John Berger, quien falleció el pasado lunes, a los 90 años, en Antony, una localidad próxima a París. El pintor, poeta y escritor llevaba más de tres décadas instalado en Francia. "Murió en casa rodeado por los suyos", dijo su hijo Jacob Berger.
El año pasado, ante su cumpleaños 90, se estrenó el documental The seasons in Quincy: Four portraits of John Berger, producido por la actriz Tilda Swinton.
Sociedad establecida
Nacido en 1926, en Londres, Inglaterra, a los 16 años decidió estudiar arte. Pero dos años después, John Berger se enroló en el Ejército. Luego de esa experiencia, a fines de la década del 40, se dedicó a impartir clases de dibujo para después colaborar con artículos en Tribune, donde tuvo de editor a George Orwell. Más tarde logró cercanía con figuras como el subcomandante Marcos, a quien visitó en México.
Autor de guiones de cine, ensayos sobre pintura y fotografía, en 1965 publicó Fama y soledad de Picasso. Una polémica biografía sobre el artista español, donde se refiere a su obra como a su vida privada y que fue catalogada por la prensa de "doctrinaria y perversa".
"Creo que la pintura nos muestra cosas que la escritura no puede. Igualmente, la escritura nos cuenta historias y pensamientos que la pintura no puede", dijo Berger en noviembre pasado al diario español El País, entrevistado a propósito de Rondó para Beverly, uno de sus últimos libros.
Su producción literaria comenzó con la publicación de la novela Un pintor de hoy, en 1958. Era protagonizada por el pintor húngaro Janos Lavin, exiliado en Londres, y dejaba evidencia de su compromiso político marxista. El ejemplar fue retirado de librerías por presiones de una asociación de abogados anticomunistas.
En 1972 ganó el prestigioso premio Booker por su novela G. Con el telón de fondo de los principales sucesos que agitaron Europa en los años previos a la Primera Guerra Mundial, G. encarna, "al hombre que hace el amor como una forma de destruir mentalmente a la sociedad establecida", señaló Berger. La mitad del dinero obtenido con el galardón lo donó a los Panteras Negras.
En King, una de sus últimas novelas, se refiere al materialismo y los vicios del mundo moderno. Las regalías de la obra fueron donadas al Centro del SIDA de la Comunidad Unida de Harlem de Nueva York.
"Desde D.H. Lawrence no ha habido un escritor como Berger, capaz de ofrecer al mundo tal atención sobre los problemas humanos más disímiles", dijo Susan Sontag, quien fue entrevistada por Berger en 1983.
En su nueva etapa en Francia, Berger escribió una trilogía llamada De sus fatigas, donde abordó el paso de la vida rural a la vida urbana. Los tres títulos eran Puerca tierra, Una vez en Europa y Lila y Flag.
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