SEÑOR DIRECTOR:

A través de la Dirección del Trabajo el gobierno dictaminó que trabajadores al cuidado de niños menores de 12 años podrán ejercer teletrabajo durante las vacaciones de invierno escolares.

Si bien esta medida discrecional puede parecer favorable al mirar solo los beneficios, tiene grandes costos que no hay que dejar pasar. En primer lugar, la normativa resulta bastante improvisada, a solo un par de semanas de que se inicie, y con todos los problemas de ajuste que ello genera, habrá muchos costos que tendrán que asumir las empresas. En segundo lugar, existen trabajos que difícilmente pueden ser bien llevados a cabo de forma telemática. Así las cosas, es muy miope pensar que el mercado laboral funciona igual para todos, y que imponer una medida general puede resultar relativamente inocua. En tercer lugar, hay costos de más largo plazo, porque a futuro las empresas van a comenzar a evaluar si les conviene tener más personal, a un mayor costo esperado, y además algunas van a evaluar las contrataciones tomando esta información, lo que conllevará una desventaja para personas con menores a su cargo.

A todos nos gustaría tener facilidades laborales y una mayor flexibilidad, pero eso no se logra imponiéndolo por la fuerza, sino que permitiendo que se den las condiciones para que florezcan dichas mejoras, en un contexto de mayor productividad. No nos olvidemos que son las empresas las que generan trabajo, y que, mientras más trabas tengan peor será la situación laboral en general. Lo anterior es particularmente relevante en el actual contexto de gran incertidumbre autoinfligida, y donde políticas como la señalada solo siguen alimentando la pérdida de competitividad que venimos exhibiendo como país hace años.

Félix Berríos Theoduloz

Economista