Por Nelly YáñezEl factor Kaiser: la amenaza que no fue
El libertario entregó su respaldo a José Antonio Kast para la segunda vuelta y, pese a que los resultados no eran los que esperaban, sentenció que su partido llegó para quedarse y anunció que en cuatro años más estará de nuevo en la papeleta.

No logró dar la sorpresa y pasar a la segunda vuelta. El libertario Johannes Kaiser -un desconocido en la política hasta hace cuatro años-, con un partido recién inscrito en marzo pasado y con un mensaje disruptivo que corrió las cercas de las derechas, se quedó al final con el cuarto lugar en una de las contiendas más reñidas de la oposición.
Pese al repunte de las últimas semanas en distintos sondeos no consiguió desbancar al republicano José Antonio Kast -quien se quedó con el voucher al balotaje-, ni tampoco la deseada tercera ubicación, que conquistó el PDG Franco Parisi.
Pero -en su primera incursión a La Moneda- logró superar con el 13,9% de los votos escrutados a Evelyn Matthei (12,5%), abanderada de Chile Vamos, Demócratas y Amarillos, quien hasta junio aparecía imbatible en el primer lugar de las encuestas.
Independientemente de los guarismos, en el Partido Nacional Libertario sostienen que el diputado -de 49 años- quedó instalado como una de las principales figuras de las derechas.

Su apoyo a Kast con miras a la segunda vuelta no está en discusión. De hecho, apenas llegó a sufragar -a las 9.30 de la mañana- al Liceo N°7 de Providencia, tras tomar desayuno con su esposa Ivette Avaria, en su casa en la comuna de Vitacura y conceder algunas entrevistas, su mensaje fue categórico: “Si no salgo electo yo, si no voy a la segunda vuelta, tengan la seguridad que toda candidatura que no sea la de la señora (Jeannette) Jara, por supuesto que nosotros la vamos a respaldar al 100%”. Y añadió que “a la hora de ayudar o apoyar a que no salga o que no se instale el Partido Comunista en el Ejecutivo, teniendo control sobre las Fuerzas Armadas, de seguridad y todo el tema, yo no me pierdo”.
La duda está en qué pasará después de la segunda vuelta, cuando se aborde la arquitectura de un eventual gobierno de Kast, si logra llegar a La Moneda.
Hasta ahora no hay un diseño claro. Unos y otros sostienen que ello depende de las negociaciones que se abran para esa fase, punto que no es fácil.
En republicanos se admite -por ejemplo- que no están en conocimiento sobre si el libertario estaría dispuesto a asumir algún cargo o a transar y/o morigerar algunas de sus exigencias programáticas, entre las que figuran el término del pago de las contribuciones a todas las viviendas -no solo a la primera como lo plantea Kast-, la reforma judicial, y el retiro de Chile de algunos organismos internacionales y de pactos como el de Escazú.
En su campaña no dudó en tocar temas valóricos, que fueron escabullidos por razones estratégicas por Kast, ya que lo perjudicaron en sus incursiones anteriores y en el segundo proceso constitucional. Entre ellos, la reinstalación de la pena de muerte -derogada en 2001- para quienes comentan delitos de violación, secuestro con resultado de muerte y sicariato, así como la modificación de la causal de violación en la ley sobre Interrupción Voluntaria del Embarazo en tres causales; el indulto a todos los presos de Punta Peuco, entre ellos a Miguel Krassnoff y sus críticas al Plan Nacional de Búsqueda de detenidos desaparecidos y al accionar del Servicio Médico Legal.
Por esas posiciones, en republicanos y también en Chile Vamos lo ven como una suerte de contrapeso a un eventual gobierno de Kast. Tanto así, que no descartan que su partido se convierta en un símil de lo que fue Revolución Democrática -con su colaboración crítica- en el segundo gobierno de Michelle Bachelet.
Avalan lo anterior en las propias declaraciones de Kaiser, quien ha advertido que no está dispuesto a transar principios por cargos; que va a aprobar lo que considere correcto y a rechazar lo que considere incorrecto y que -si quienes gobiernan en ese sector no están disponibles a incorporar sus planteamientos- van a mantener la independencia y convertirse en una “oposición productiva”.
“Kaiser podría, incluso, declararse de oposición, tal como lo hizo el propio Kast en marzo de 2020 ante el gobierno del exPresidente Sebastián Piñera, cuando enfrentaba su mayor fragilidad, por los efectos del estallido y la pandemia”, dice una fuente de Chile Vamos.
Pero la irrupción del libertario también complica a Chile Vamos. Esto, porque junto a republicanos conforman un bloque de derecha dura, y retienen -para sí- la hegemonía, frente a esa coalición.
“Eso le da estabilidad al sistema, porque ahora los republicanos no van a depender solo de Chile Vamos”, es la evaluación de una fuente del PNL.
La duda está en cómo cohabitarán estos dos liderazgos, teniendo en cuenta que las relaciones Kast-Kaiser, tienen un registro de turbulencias.
Nunca han sido amigos. No comparten el mismo círculo ni pertenecen a los mismos grupos de WhatsApp. Es más, durante un año ocho meses no se habían juntado a hablar. Solo lo hicieron el 26 de septiembre en Valdivia, fecha en que acordaron una campaña de “guante blanco” para afianzar la unidad de la derecha. El quiebre se produjo luego de las sanciones que le aplicaron -al apartarlo de las comisiones de Defensa y de Gobierno Interior- por haber votado en contra del “A Favor” que defendía Kast, hecho que lo llevó a renunciar al partido en enero de 2024.
El respaldo a Kast
Anoche, apenas los resultados se hicieron irremontables, Kaiser llegó a felicitar y poner sus equipos a disposición de Kast, tal como pocos minutos antes lo hizo Evelyn Matthei, junto a los presidentes de Chile Vamos, Guillermo Ramírez (UDI), Rodrigo Galilea (RN) y Juan Manuel Santa Cruz (Evópoli).

Antes, en el Hotel NH Collection Plaza Santiago de Vitacura, tras reconocer su derrota, el libertario llamó a sus adherentes a no estar decepcionados, porque -según su visión- es el mejor resultado que ha obtenido una nueva formación en la historia de la República, dado que hace seis meses apenas habían logrado juntar las firmas para constituir el partido. Es decir, no tenían nada y ahora, de acuerdo a los últimos cómputos, obtenían un senador y 7 diputados.
“Somos una fuerza que llegó para quedarse en la política nacional y vamos a velar porque esos principios, que con tanta generosidad han adoptado otros partidos políticos y que provenían de nuestro programa, se cumplan efectivamente. Vamos a velar porque no se abandone la sana doctrina de la defensa de los principios de la libertad en un eventual futuro gobierno. Vamos a velar porque los derechos de nuestros conciudadanos no sean moneda de cambio en la mesa de los políticos”, advirtió.
Categórico fue, también, en afirmar que “no le debemos favores a nadie”. Y, en una abierta crítica a las reyertas en la derecha, sostuvo que “esta campaña se hizo limpiamente. Todas las platas están documentadas ante el Servel. Nosotros hemos hecho esta campaña lo más limpia posible, sin recurrir a trucos bajos ni a difamaciones. Hemos, creo yo, establecido un nuevo estándar estético y político en materia de cómo se hace campaña y en ese sentido nos llevamos una victoria”.
En relación a lo que viene, el libertario insistió en que “no los vamos a decepcionar” y que, como partido, se sienten mandatados para defender a los ciudadanos en todas las instancias que correspondan durante los próximos cuatro años.
“Damas y caballeros, el Partido Nacional Libertario acaba de llegar; no tiene ninguna intención de irse y va a seguir ocupando su espacio. El espacio que legítimamente se ha ganado en el ecosistema político de nuestro país”. Y, anticipando lo que se avecina en su carrera política, cerró: “Quizás porque nos pusimos una expectativa más alta de lo que podíamos cumplir. Pero el que no quiere alcanzar el cielo tampoco debe estar en política. Así es que, damas y caballeros, muchas gracias, y nos vemos, creo, en dos años más para las municipales y en cuatro años más para las siguientes presidenciales".

COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.
4.



















