Campeny busca formar una cadena de panaderías
Bajo el lema “Crecer o morir”, la Panadería Tomás Moro busca expandirse dentro de Santiago. Luego de casi 43 años con un único local en Las Condes, hace dos años esta empresa familiar debutó con una sucursal en Peñalolén.
Pero la apuesta ahora va en grande, e intentará emular el exponencial crecimiento que ha tenido la cadena Los Castaños, que comenzó como una panadería y hoy es uno de los principales referentes de las tiendas de conveniencia en el país.
“La idea es conformar una pequeña cadena de locales, que con el tiempo espero no sea tan pequeña”, explica el dueño de la Panadera Tomás Moro, Agustín Campeny, quien aún no cumple los 50 años.
El empresario añade: “Estamos pensando en una franquicia en el futuro. Es una posibilidad que debe ser afinada, que necesita de una estructura y de las exigencias que significa una operación de este tipo”.
Agustín lleva el negocio en la sangre. Entró a esta industria por su padre, quien tenía panaderías junto con otros tres socios, a quienes luego les compró sus respectivas participaciones.
Por lo pronto, la apuesta de los Campeny es hacer crecer la Panadería Tomás Moro: ya abrió en marzo una nueva sucursal en Vitacura, y en abril debutará con otro local en San Carlos de Apoquindo, Las Condes.
Para 2016 habrán dos nuevas sucursales, en Lo Barnechea y Ciudad Empresarial, en la Comuna de Huechuraba.
Para poder abastecer a las nuevas ubicaciones, la empresa proyecta dos nuevas plantas productivas: en La Florida y en el sector de La Granja.
La idea, cuenta Agustín, es mantener el estándar con el cual se ha hecho famosa la panadería.
“Queremos que siga siendo un negocio familiar y que no se pierda eso. Por lo tanto, hemos incorporado mucha tecnología, porque obviamente aumentan los volúmenes de producción, pero la idea es que los productos no pierdan la esencia de la panadería tradicional”, destaca.
La competencia en este negocio es ardua, por lo atomizada de la industria y por el desarrollo que han tenido las áreas de panadería de las grandes cadenas de supermercados en el país.
Así es como la industria panadera ha tomado fuerza durante los últimos años, y no es sorpresa que Chile tenga la mayor tasa de consumo de pan per cápita a nivel mundial, con un promedio de 98 kilos por persona al año.
Según datos del INE, las ventas de este rubro bordean los US$1.000 millones al año y emplea a alrededor de 25.000 trabajadores a nivel nacional.
Pese a todo, hay compañías que han tomado una relevante participación de mercado.
“Está Los Castaños, que es un negocio diferente al nuestro, que está enfocado al consumo de la familia. Los Castaños, si te fijas, sus locales están enfocados a las oficinas, están en lugares de mucho flujo de oficinista. Nosotros estamos enfocados al hogar, a la familia. Nuestro concepto es similar al de Los Saldes”, explica Agustín Campeny, quien destaca que “la panadería tradicional de barrio ha ido muriendo”, nicho que busca revitalizar con sus nuevos locales en Santiago. No obstante, el empresario también está mirando otras ciudades como parte de su plan de expansión, en particular Viña del Mar por su cercanía con Santiago.
El negocio
Campeny conoce al detalle el rubro panadero: atiende a colegios en todo Chile, así como hoteles, las FFAA y minimarkets, entre otros.
En efecto, la empresa no sólo se dedica a la venta en locales. Campany ha complementado el negocio con la distribución de sus productos, especialmente con el reparto de pan.
Panaderías Tomás Moro tiene alrededor de 80 empresas ligadas a sus productos - la mayoría minimarket y supermercados chicos - y hoy se encuentran en trámites para distribuir a la aerolínea nacional Sky y al restaurant de comida rápida Doggis, una de las cadenas más grandes del país en su tipo.
Sobre la distribución a supermercados grandes por parte de la Panadería Tomás Moro, aunque se han presentado oportunidades, aún no tiene la fuerza de producción necesaria para el reparto. Pero no se descarta que con las nuevas plantas de producción se atrevan a suministrar a ese sector.
Además, la empresa, conocida por sus empanada, atiende a la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb) con alimentación escolar. “Llevamos hartos años y nos ha ido bastante bien con eso, hemos logrado una expertise bastante importante en cuanto a la atención de colegios y jardines infantiles”, destaca Campeny.
Esta área de la empresa corresponde al 30% de las utilidades.
Según explica, su negocio vende cerca de 200 toneladas de pan al mes, las que se dividen en panadería (40%), empanadas (40%) y pastelería (20%). Para tener una idea: la casa matriz de IV Centenario vende 25.000 empanadas a la semana y factura cerca de $400 millones al mes.
Además de la expansión, la empresa está incluyendo productos nuevos a su producción. Helados premium y productos de cocktail congelados serán las nuevas líneas con las que abrirán los locales de Tomas Moro para sumar nuevos clientes.
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