Conservación y desarrollo

Se acercan las primarias presidenciales y aún faltan discursos que hablen del desarrollo ligado a la conservación. Chile posee un patrimonio natural único: los lagos norpatagónicos, prístinos y aún vivos, hoy fuera del radar político. ¿Por qué quienes aspiran a liderar el país no los consideran una prioridad?
El lago Llanquihue, por ejemplo, contiene 160 km³ de agua, suficiente para cubrir todo Chile con 20 cm. Junto a otros cuerpos lacustres del sur, representa más del 30% del espejo de agua dulce nacional. Aun así, no existe una agenda seria para protegerlos ni para impulsar un desarrollo sostenible en sus cuencas.
California enfrentó un desafío similar con el lago Tahoe, y hoy es ejemplo de una economía turística basada en la conservación. Gracias a una inversión público-privada de US$2.000 millones, logró conciliar dos mundos: desarrollo y protección ambiental. Lo visitan 15 millones de personas al año, aporta US$5.000 millones a la economía local, y mantiene una de las aguas más transparentes del mundo.
¿Por qué no imaginar algo así para nuestros lagos, desde el Llanquihue al Villarrica? Una unidad territorial que combine turismo, crecimiento económico y ecosistemas saludables. La conservación no es un freno al desarrollo, es su base. Ignorarlo, es renunciar al futuro.
Fernando Coz
Director ejecutivo Chile Lagos Limpios
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