SEÑOR DIRECTOR:

Los dichos decl rector interino del Internado Nacional Barros Arana (INBA), quien señaló que “contener alumnos con TEA es muy difícil”, reflejan una visión aún extendida en nuestro sistema educativo: la diversidad como problema, y no como una oportunidad de transformación. La inclusión de estudiantes neurodivergentes no puede seguir viéndose como un esfuerzo excepcional, sino como una responsabilidad estructural.

No se trata de exigir a los estudiantes que se ajusten a un sistema rígido, sino de adaptar entornos, prácticas y saberes para garantizar que cada niño y joven, con sus distintas formas de aprender y comunicarse, pueda desarrollarse con dignidad. La inclusión no se reduce a permitir que estén presentes, sino a crear las condiciones para que realmente participen y aprendan.

La verdadera dificultad no está en el estudiante con TEA, sino en un sistema que aún no se ha dispuesto a comprenderlo.

Carolina Cerveró

Directora de Gestión

Casa Nogal