
Pepo inédito y desconocido: los mundos que habitó el creador de Condorito
A 25 años de su muerte, los que se cumplen este 14 de julio, se publica la autobiografía inédita de René Ríos Boettiger junto a una colección de dibujos y fotos desconocidas. Aquí, sus mentores profundizan en su costado político e íntimo, y responden por qué su figura no es tan popular en Chile.

En pleno proceso de mudanza, en 2022, Sebastián Ríos halló una carpeta vieja de cuero negro. “Al abrirla encontré como esquelas, un papel de carta antiguo finito, se había puesto amarillo, parecían papiros”, recuerda. Ríos encontró, de puño y letra de su abuelo, el registro de las anécdotas familiares que dieron vida a su niñez. Era la primera e inédita autobiografía de René Ríos Boettiger, más conocido como Pepo, el histórico creador de Condorito.
Sebastián Ríos (54), nieto mayor del dibujante, pasaba cada día después del colegio a la oficina de Pepo. “Era un referente cuando yo era niño. No entendía lo famoso que era cuando tenía 12 o 15 años, en mediados de los 80, en la época de oro de Condorito. Compartía mucho con él”, recuerda.

Hoy divide su tiempo en sus labores como importador y custodio del legado de su abuelo, llevando dibujos originales a ferias de todo el mundo, colaborando con investigadores y pujando para que el famoso cóndor siga en circulación.
“Desde el estallido social desaparecieron muchos quioscos. Se fue Televisa, que era nuestro editor, junto a 25 revistas más. Condorito en esa época vendía un millón de ejemplares al año. De 6 mil 500 quioscos, ahora existen 700″, explica Ríos, para dar cuenta de las dificultades en la venta del cómic, que está disponible en internet. En la actualidad, World Editors Chile S.A., es la empresa dueña de todos los derechos de Condorito y se imprime en Quilicura Impresoras.
Este 14 de julio se cumplen 25 años del fallecimiento de Pepo, una fecha marcada por el lanzamiento del libro El Arte de Pepo (2025), editado por Pedro Maino, que incluye inéditas fotos del oriundo de Concepción, la exclusiva autobiografía del autor, un mensaje de su nieto y de Hervi —aprendiz del caricaturista—, y una revisión detallada de la vida y obra de Ríos, en la pluma de Claudio Aguilera.
“Han salido libros de Pepo, pero yo quería hacer uno más cercano a mí”, declara Sebastián Ríos, quien en 2006 heredó todo el material de las manos de su abuela, Olivia Elphik. “Es difícil llevar a cabo esta labor, llegar a todas las exposiciones, dar a conocer su obra. En ese sentido, Claudio y Pedro Maino han sido pilares de este tema. Yo presto el material, pero ellos fueron los iniciadores en el rescate”.
El trabajo en conjunto se materializó con financiamiento del Fondo del Libro y la Lectura y fue publicado por Fondo de Cultura Económica, en noviembre de 2024. Su prelanzamiento fue en la Feria del Libro de Guadalajara de ese año, donde Condorito fue la figura central en el Salón de Cómic y Novela Gráfica.

Las revelaciones de El Arte de Pepo
El periodista e investigador Claudio Aguilera, actual Jefe del Archivo de la Gráfica Chilena de la Biblioteca Nacional, descubrió a Pepo gracias al pájaro de Pelotillehue. Sentía una conexión especial con el historietista: ambos venían de Concepción y se abrieron paso por la capital. “Vivimos acompañados de esa sensación de ser de provincia, tratar de encontrar un espacio en un lugar más competitivo”, explica a Culto.
Si bien hace 15 años estudia a Pepo, ocho de estos últimos los dedicó al libro. “Me pareció importante su figura, no solamente como el creador de Condorito, sino como un promotor de la ilustración, director de revistas y maestro. Me interesaba su figura como un motor dentro de la historieta de nuestro país. Siento una gran admiración por el personaje que se hizo a sí mismo, que creyó en que su capacidad artística le permitiría vivir de su trabajo y vocación. Muestra que lo que uno sueña es posible”, dice a Culto.
En su autobiografía, el dibujante describe su infancia como hijo de René Ríos Guzmán, destacado médico cirujano y uno de los fundadores de la Universidad de Concepción. Fue su padre uno de los primeros que apostó por su talento, con una exposición que organizó a sus espaldas en la Confitería Palet, frente a la Plaza de la Independencia. Pepo solo tenía diez años.
“Una de las cosas que siempre me sorprendió, porque pude acceder a una colección de cartas que existe en la Biblioteca Nacional, es la fuerte relación con su padre, me conmueve mucho”, comenta Claudio Aguilera.
Después, cuando Pepo dejó la carrera de medicina para dedicarse al dibujo, también recibió el apoyo familiar. “Pienso en el impacto que debe haber sido. Fue la intervención de una tía la que le permitió que se dedicara al arte. Pepo siempre tuvo la convicción de que gracias al dibujo, él no iba a defraudar a su papá, siempre estuvo buscando a ese personaje que le diera éxito que le permitiera vivir de su trabajo”.
Así lo hizo, pero hasta Condorito hubo un largo trecho. Fue alumno libre de la Escuela de Bellas Artes y se integró a la mejor revista satírica de humor, Topaze. Ahí conoció a Jorge Délano, su maestro. “Para Coke tuvo que ser sorprendente encontrar a este joven de Concepción, que se transformó en el dibujante más importante de la revista que había fundado. Creo que había alguna especie de rivalidad, pero también de admiración mutua y amistad”.
René Ríos, como caricaturista político, dibujó a Don Gabito (Gabriel González Videla), Don Tinto (Pedro Aguirre Cerda), a Jorge Alessandri y a Eduardo Frei Montalva.

Eso sí, igual vivió ratos amargos. Cuando era director de la revista Pobre Diablo, “fui encargado reo por haber publicado en la contraportada una foto en colores de la magnífica y sensual artista Marilyn Monroe, en la que aparece un artístico desnudo”, narra él mismo. “Esta publicación ofendió la vista y la moral de un juez de menor cuantía de Viña del Mar, que ordenó requisar la revista y encargar reo al editor don Heriberto Horst y al director, yo”.
También, casi es deportado a Chiloé por un chiste que hizo sobre el primo de su padre, el presidente Juan Antonio Ríos. “Dibujé en un periódico llamado Saca Pica una caricatura en que aparecía el expresidente con un sofá a cuestas, con una leyenda que decía ‘vendió el sofá’. Sacó tanta pica al exmandatario que se nos procesó, al director, y yo estuve a punto de ser relegado a Chiloé (…) Habría resultado curioso recibir un castigo del ‘pariente’“, cuenta Pepo en su autobiografía.
En la revista Pobre Diablo también creó icónicos personajes como Don Rodrigo y Viborita. A la par, hacía recordadas ilustraciones para la Polla Chilena de la Beneficencia. “Hizo tantas cosas que demuestran que era un enorme artista”, dice Aguilera.

Condorito nació en la revista Okey, en 1949, después de la visita de Walt Disney a Chile, ocho años antes. En esa ocasión, el estadounidense compartió con los dibujantes de Topaze y fue dibujado por ellos. El productor de cine inventó personajes para los países de América Latina, como los pájaros José Carioca para Brasil o Panchito Pistolas para México. Sin embargo, para Chile dibujó un avión llamado Pedro, en honor al mandatario Aguirre Cerda.

La idea de que Chile merecía un mejor personaje germinó en Pepo. “Creo que Condorito representa más fielmente a nuestro Chilito”, escribió tras crear la famosa caricatura y dejar, poco a poco, sus agudos dibujos políticos y picarescos.
Además, “cuando creó Condorito, (Pepo) se prometió a sí mismo que iba a ser un personaje totalmente apolítico”, explica Aguilera.
Así, El Arte de Pepo hace un recorrido por toda su trayectoria artística, desde sus dibujos a los 11 años hasta caricaturas familiares.
“Este libro es, por una parte, una investigación que se basa en los propios archivos de Pepo y más de 500 originales poco conocidos de él, que muestran distintas facetas en el desarrollo de su carrera. Además, álbumes familiares, donde lo vemos de niño, cuando se casa, cuando hace el servicio militar. Hay fotos muy desconocidas, en un lado más familiar y personal, risueño, haciendo bromas en la playa. Podemos dar cuenta de cuál era el arte y humor de Pepo”, agrega Aguilera.

Pepo, respetado pero desconocido
Claudio Aguilera y Pedro Maino llevan más de 15 años investigando a Pepo y su obra, además de difundir su trabajo en exposiciones itinerantes y publicaciones. El Arte de Pepo “es el resultado de una larga tarea de investigación en torno a Pepo, que busca posicionarlo como un extraordinario historietista, como también un gran empresario gráfico, pero sobre todo como un artista”, dice Maino.
En esa línea, se destaca su arduo trabajo en asociaciones gremiales, creación de revistas para dar trabajo a sus colegas y jóvenes talentos.
“El éxito de Condorito ha hecho que Pepo quede oculto tras ese personaje. Para que Pepo lograra crear a Condorito y alcanzara tal éxito, fue necesario que recorriera un largo camino de creación, de resolución de problemas, adquiriera mucha experiencia”, agrega Maino.
Si bien René Ríos no recibió el Premio Nacional de Periodismo, mención dibujo, Aguilera no cree que haya sido menospreciado. “Creo que siempre ha sido un personaje querido, lo que pasa es que es poco conocido, estudiado e investigado. Lo que hemos hecho con otros investigadores es justamente profundizar en aspectos de su vida y de su obra, y tratar de dar una mirada un poco más profunda. Para mí el mejor homenaje es hacer una serie, un libro o exposiciones. Esa una forma de hacer el gran homenaje a Pepo”.

Sebastián Ríos ha sido testigo de ese rescate, y piensa que es exagerado decir que falta interés por su abuelo. “En el extranjero lo admiran más, de repente”, sentencia.
Este libro materializa la conmemoración de los 25 años del fallecimiento del dibujante, “el más completo, versátil e importante que ha tenido nuestro país”, según palabras de Aguilera. Además, a la par se prepara una serie sobre René Ríos, proyecto liderado por UAU Producciones.
Mientras tanto, Sebastián Ríos continuará difundiendo el trabajo de su abuelo en ferias de todo el mundo. “Hay gente demasiado fanática, que le gusta que firme los libros. Entonces yo obviamente dibujo Condorito, pero no tengo dotes artísticos”, advierte.
Se espera que El Arte de Pepo llegue a distintos puntos de América Latina gracias al sello del Fondo de Cultura Económica, “para que todos los amantes de Condorito, repartidos por toda Latinoamérica, puedan acceder a él y puedan recorrer ese camino”, concluye Pedro Maino.
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