Caja de curiosidades
Hay espacios que exudan carácter, y el de Sacha Walckhoff es uno de ellos. El director creativo de Christian Lacroix nos abrió las puertas de su departamento en París. ¿Qué vimos? A un amante del diseño contemporáneo, entusiasta coleccionista de cerámicas y al perfecto heredero de la marca que hizo de la comunión de estilos su sello. 'Mix and match' en pleno.
El bello París se organiza en torno a 20 distritos. Sacha Walckhoff vive, hace más de 15 años, en el 9. A orillas del Sena, cercano a la Ópera y a la famosa galería Lafayette. Un departamento de parqué gastado y muros ajados; espacioso, pero pequeño al mismo tiempo y en cuyo interiorismo la personalidad se advierte en cada milímetro. "Cada objeto cuenta una historia, cada tela evoca una emoción", asegura quien se hizo cargo de la firma para la cual había trabajado por más de 17 años luego de que el mítico Christian Lacroix diera un paso al costado tras una serie de problemas financieros y el recorte sustancial de personal. La posta la asumió este diseñador francés que estudió en Barcelona y que hace unos meses lanzó su primera colección en una de las tiendas aún en construcción de Lacroix, en París. Lo hicieron así, como aseguran, como una manera de evidenciar que lo que están tratando de reflejar es el partir desde cero, con una línea de textiles para la casa, que hizo en comunión con Tricia Guild, de Designers Guild, y una colección de ropa para hombre.
Living. Una mezcla nada convencional se da en el espacio del living. A las mesas de café de Roger Capron se les suma una escultura/ventilador de Maarten Baas.
Pero también porque Sacha quiso imprimirle desde el comienzo su sello, uno que definitivamente está marcado por la inusual mezcla, una combinación de eclecticismo y originalidad, aunque siempre desde una mirada que sabe editar. Por lo mismo, es posible que coexistan en su espacio personal y a pesar del impacto inicial, diseños contemporáneo, muebles de la década de los 50, piezas de Picasso, Cocteau, Hella Jongerius y Marcel Wanders. Eso sí, asegura que su casa no le engalana la fama a nadie. "Mi departamento no es una sala de exposición para marcas o nombres, sino que es un fiel reflejo de mi yo interno", dice, y de eso, no hay duda.
Colección.
Tiene claro lo que le gusta. Lo muestra y exhibe, pero no comulga con la idea de que su departamento sea un mostrario, aunque nombres como Capron y Picasso convivan en sus muros. Al lado, Vanilla, una escultura /hombre de Daniel Firman.
Selección vintage.
Mucha de la decoración fue resuelta en mercados de las pulgas o anticuarios. Su escritorio es de los 70 y la lámpara de mesa, de Serge Mouille.
Mix and match.
Algo así como combina a tu gusto es la tónica, y cada espacio es un buen ejemplo del término. Cosas de Habitat se mezclan con diseños de Eames y Jacobsen.
Estilo.
Cosas encontradas, otras de autor. Siempre con personalidad. Las baldosas, originales del siglo XIX, comulgan en tonalidad con la sebra que Sacha encontró en el mercado de Marché Paul Bert. La silla verde es de Maarten Baas y la gris de madera, de Rodrigo Almeida. La lámpara es de Janette Laverrière.
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