Cuesta entender que el color de las superficies pueda cambiar el comportamiento térmico de un material. Este tema es de gran importanciapara el ahorro y aprovechamiento energético, y muchas veces se cometen errores por no darse cuenta de ello.

Es así como una piedra pintada de blanco comparada con otra igual, pero de negro, se va a calentar mucho menos al recibir la energía radiada del sol; por su parte, la oscura mantendrá energía para liberar por más tiempo. Algo similar ocurre con los vidrios: uno ahumado se va a calentar más que uno incoloro. La luz queda atrapada en el vidrio y en vez de luz, lo que se irradia es calor.

Basta con observar ciertos artefactos domésticos. Por ejemplo, la cocinamisma: su parte inferior o bandeja es brillante y generalmente de acero inoxidable, esto para que el calor del gas en combustión que se haya ido hacia abajo se refleje en este plano y se devuelva a la olla. La rejilla que sostiene los artefactos es negra y metálica –material conductor de energía–, con ello se calentará muchísimo y repartirá el calor por conducción hacia la olla. Mejor aun si la parte de abajo de esta olla es negra, pues hará más efectiva la entrega de calor.

En nuestras edificaciones si se desea retener calor en unmuro, éste debe ser oscuro, y en el caso contrario, de colormuy claro, incluso brillante. Las casas del mar Mediterráneo en general son blancas, por el exceso de sol de la zona y las de los países fríos, oscuras, por lo opuesto. Los iglúes son blancos, caso aparte, pues no hay otromaterial para construirlos, y el sol es tan escaso y débil que resulta inviable almacenarlo con superficies oscuras. Muchas veces se emplea una capa de papel brillante en los techos y/o muros, pero si la cara especular topa con otro elemento (tejas o placas de madera), la propiedad de reflectar se pierde.

Por otra parte, hay que considerar lo que ocurre con la luz, natural o artificial, la que en un muro claro se distribuye mejor y en uno oscuro se reduce o absorbe.

El color no debe elegirse sólo por gustos o tendencias; se escoge correctamente al considerar el ahorro de energía que involucra. Esto explica, en parte, por qué tantos edificios de arquitectura demoda se recalientan o no atrapan energía en invierno.