Espacio: La belleza de la amplitud
No hay duda, la generosidad de los espacios es una constante en esta casa. Y el uso de los colores el punto inicial para un resultado perfecto.


Hace un año que esta diseñadora de ambientes se instaló en esta "gran casa" como ella la define. Cautivada por su arquitectura, sus espacios amplios y luminosos y su vista privilegiada hacia el cerro. Esta es su tercera residencia y encontrarla no fue tan difícil. Paseaba por el sector que más le gusta y observó la edificación de su futura casa, se contactó con la constructora, y al tiempo se instaló con toda la familia.
El proceso de vestirla ha sido lento porque lo ha realizado con mucha calma y paciencia. Lo que siempre estuvo decidido es que las tonalidades de los muros mandaran al resto de las ambientaciones. Decisión tomada, optó por los grises, crudos y tonos claros en general. "Siempre estoy buscando una perfecta combinación de colores", explica la dueña de casa. Su sello como diseñadora de ambientes lo ha impuesto en la creación de distintos espacios mezclando muebles de estilo con gestos contemporáneos aplicados en objetos, iluminación, cojines y tapices. Es el caso del comedor, que tiene una gran mesa de la decoradora Patricia Vargas acompañada por sillas estilo Consejo de Indias. Otro de los espacios en los que ha impuesto su estilo, es el escritorio, donde están todos sus materiales de trabajo, libros y muestrarios. Toda la casa es perfecta y como se dice "es literalmente de revista" y por lo tanto es muy difícil excluir algún ambiente. Pero lo que llama la atención es el comedor de diario, por sus muros pintados color gris oscuro y lucir espléndidamente una lámpara de mimbre y unas repisas que exhiben objetos decorativos. Además tiene un jardín interior con piedras y maceteros perfectamente dispuestos.
Uno de los lugares más interesantes es el hall de entrada, porque lo diseñó como un espacio de contrastes. De hecho, como sus muros son oscuros, dispuso una mesa de centro de madera de nogal con jarrones con flores y musgos para darle un toque más liviano.
En una de las paredes del comedor dispuso grandes espejos y una mesita rústica con diferentes elementos decorativos, como candelabros, jaulas y ánforas.
Saber combinar y componer, es ese el secreto de los espacios amables. Tal como este living, donde una gran alfombra persa sirve de base para enfrentar sin problemas un sofá beige cúbico a uno morado de estilo de francés.
La pieza de su hijo Ismael luce una paleta de colores que va del beige al celeste. Tiene su espacio para jugar con su caballito balancín, una antigua cama cuja y una cunita para que duerma plácidamente.
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