“Me enamoré de este departamento. Su estética antigua, los pisos de parqué, y sobre todo las vistas hacia las canchas de golf y la cordillera son una maravilla; todas las horas tienen su propio encanto, y los ventanales de cielo a casi ras de suelo hacen que sea más impactante aun”, explica la diseñadora de vestuario Bernardita Torres, dueña de la tienda de ropa Candies.Es que cuando sabiamente se dice que la luz es todo, ciertamente es TODO. No hay nada mejor que un espacio bien iluminado, hace que los muebles, los cuadros, los tapices, las alfombras y todo luzca mejor, y que los ambientes se puedan aprovechar la mayor cantidad de tiempo sin tener que encender la luz. En este departamento de 147 m² esto se hace realidad.

Cuando lo compró le habían hecho ciertas modificaciones que a Bernardita le venían de perilla, por lo que los retoques que ella realizó fueron más bien de orden decorativo. Se eliminó la terraza, logrando un amplio espacio para living y comedor en torno a estos magníficos ventanales por donde prácticamente entran los árboles al living, además de eliminar una tercera pieza, para dejar el dormitorio principal más grande, en suite y con walking closet, que para su dueña es lo mejor del departamento. Con esta antesala, Bernardita se puso en marcha para transformar este lindo departamento en ‘su’ departamento, su lugar, con su sello. “Le di un estilo muy personal y cuando la gente conoce mi casa reconocen mi estilo en ella. Los cambios se resumen en el piso con cuadros negros en el comedor, la muralla con espejos irregulares, la librería y puerta del bar. Pinté los espacios amplios gris oscuro, y la segunda pieza rayada negra con blanco”, comenta, asegurando que todos los rincones se viven y se aprovechan, y cada uno en su medida aporta una cosa diferente, pero reconoce que la cocina es su debilidad, y no en vano el lugar más amplio de la casa. Está muy bien distribuida, es acogedora y el escenario perfecto para terminar conversando con los amigos.