:horizonte abierto

El hotel Aire de Bardenas es un oasis en medio de una zona semidesértica en Navarra, España. En este imponente escenario natural aparece sigilosamente, y sin querer irrumpir el paisaje, como una hilera de cajas horizontales que alojan las 22 habitaciones con que cuenta.

El viento es uno de los protagonistas en este lugar y fue también clave para los arquitectos Mónica Rivera y Emiliano López a la hora de realizar este proyecto, ya que uno de sus principios fue ofrecer un ambiente para contemplar el paisaje, el viento y sus efectos. Es así como las ventanas se transforman en la verdadera decoración, cuyo interior tiene un marcado acento minimalista, pero que a su vez mantiene los elementos necesarios para no perder la calidez.

Los precios de las habitaciones parten en 130 euros y algunas tienen un patio privado con una bañera al aire libre, que también se puede disfrutar a la sombra de un membrillo.

El restaurante, que se abastece con las verduras que cultivan en un huerto propio, también pretende ser un espacio contemplativo del entorno inmenso y conmovedor.

Pero no todo es quedarse sentado suspirando, en esta zona de España hay una ruta del vino y una serie de paseos para ver más de cerca el parque natural que rodea a este hotel. www.airedebardenas.com

:lujo esencial

A pasos de King’s Cross, en un edificio de estilo Georgian de 1850, en aquel lado de Londres donde abundan los hoteles baratos, se ubica el Rough Luxe Hotel, uno de los proyectos más novedosos del decorador y arquitecto libanés Rabih Hage, que apuesta esta vez por una concepción más bien filosófica de lo que se entiende por lujo. Aquí, al contrario de lo que podamos pensar, las habitaciones son pequeñas, algunas con baño compartido y con una decoración que a simple vista parece aún en obra. Tal cual. Papeles murales rasgados, pintura descascarada y cielos rasos a la vista, forman parte de la estética de este lugar y se contraponen a hitos como las obras de arte moderno y el mobiliario.

Denominado como el anti cinco estrellas por Hotel Chartter, para Hage, el Rough Luxe Hotel, revela que la belleza es subjetiva: “La perfección no significa belleza... el aspectomaterial es irrelevante”, dice, advirtiéndonos que estamos en presencia de una idea muy en boga y mucho más holística, que habla de descubrir y sorprenderse con esa cualidad arqueológica que encierra el entorno; con las historias que cuentan las paredes ocupadas por años, en fin, con lo esencial.

Muchos se preguntarán entonces qué tiene de especial ir a un lugar tan básico. Todo. Al escenario, que es pura tendencia, se le suman los detalles quemarcan la diferencia y lo acercanmás al concepto tradicional de confort que tenemos en la mente. Camas que te transportan al relajo absoluto, una selección de vinos de primer nivel y una curatoría de piezas imperdibles, pues aquí, además del mobiliario, se encontrarán con retazos de leyendas, como la vajilla, cubiertos y accesorios adquiridos en el emblemático remate del hotel Savoy. Son algunos de los imperdibles que lo hacen ser lo que es, un emblema en el universo hotelero y una experiencia diferente para los que no quieren ser sólo turistas.