Lo nuevo: Por Valparaíso
Dos hoteles dan la bienvenida en el puerto. Enamorados de sus cerros, de sus calles y la gente, sus dueños los crearon con dedicación y respeto, evidenciando en su quehacer una profunda alianza con esta ciudad entrañable.
HOTEL FAUNA
Cuatro amigos, un solo proyecto y Valparaíso. Desde el 2007 que soñaban con la construcción de un hotel en la zona, pero la idea implicaba además un cambio de escenario para algunos de ellos, ya que se trasladaron de Santiago a vivir al puerto, pensando en dedicarse 100% a esta iniciativa que hoy da frutos.
Roberto Fantuzzi, Tomás Elizalde, Tomás Strahovsky y Jaime Rodillo comenzaron a buscar el lugar perfecto, y lo encontraron en una vieja casa victoriana en el pasaje Dimalow, en el cerro Alegre. Se pusieron manos a la obra sabiendo que no sería fácil, más aun en las condiciones que ellos querían; que era respetando absolutamente los materiales y técnicas constructivas que la casa tenía originalmente. "Esta es una casa que tenía cuatro accesos independientes, está adosada al cerro y contenida por un muro de roca que es característico del cerro Alegre. Fue construida en 1870, y está hecha a base de adobillo, vigas de pino oregón, roble y latas de cuarto rodón, entre otros", explica Roberto Fantuzzi, socio y uno de los arquitectos del proyecto.
La nobleza de los materiales utilizados en el hotel era una línea fundamental del proyecto, pues sus dueños querían invertir más en buena mano de obra, que en el uso de materiales industriales, replicando fielmente el tipo de arquitectura de la casa, y su sistema de construcción, que era el que se usaba en 1900, lo cual hizo más complejo el proceso, pero los resultados saltan a la vista, porque finalmente el adobe y la madera le dieron ese carácter local que no querían perder. Todo lo que se usó en su construcción fue adquirido en la zona, desde el barro, las maderas, hasta la decoración.
El interiorismo fue creado también por estos cuatro amigos, que buscando en ferias y restaurando dieron con una atmósfera que invita a quedarse. El bar y el restaurante, ubicados en el cuarto piso, gozan de una vista privilegiada al cerro Concepción, y es el lugar perfecto para quedarse a tomar té o a almorzar y probar la mano de su chef ejecutivo Javier Alonso, quien asegura que, pese a que abrió hace solo un par de meses, el hotel se ha incorporado amigablemente a la comunidad, e incluso se están haciendo ciclos de cine, y existe una constante colaboración con artistas de la zona.
WEB:
"
En 300 metros cuadrados
se privilegiaron los espacios comunes por sobre las seis habitaciones, y se recuperó la tipología de la casa, sin aumentar su superficie. Se usaron los mismos materiales y sistema constructivo de la época", Roberto Fantuzzi.
HOTEL ULTRAMAR
El porqué de este hotel se relaciona con la historia de Valparaíso, con los inmigrantes que llegaron de Europa, con el Winnipeg y con el mismo Pablo Neruda.
Es que el amor que su dueño, Juan José Lozano, siente por la ciudad no es algo fortuito, y comenzó cuando descubrió que efectivamente su padre Ramón Lozano, que falleció cuando él era niño, había llegado al puerto a bordo del Winnipeg, en 1939, gracias a la ayuda de Pablo Neruda, al que Juan José conoció en 1970, y de quien hoy siente una profunda admiración por haber ayudado a todas esas personas.
A finales del año pasado, y tras dejar su vida y sus negocios en Santiago, Juan José decidió comenzar una nueva vida en Valparaíso. Empezó a buscar, junto a su hija Daniela, un lugar para hacer un hotel, iniciativa que buscaba, según reconoce, devolverle la mano a Valparaíso y crear algo con forma y contenido que ayudase a poner en valor esta ciudad patrimonial. "Este es un hotel que no tiene fines de lucro, todo lo que se obtiene se invierte en acciones comunitarias en la zona, o en el mismo hotel", agrega, como la restauración de la plaza Bismark, proyecto que Juan José está gestando junto a la Municipalidad de Valparaíso y que pretende incluir al Liceo Pedro Montt, y al sector que rodea al hotel, en el cerro Cárcel. Además está desarrollando otros proyectos culturales junto al Consejo Nacional de la Cultura y la Municipalidad de Valparaíso en relación a los 50 años de La Sebastiana.
Así, buscando entre los cerros y caminando por las calles, llegó a esta casa, construida en 1907. Atraído por su fachada, tocó el timbre con la suerte de encontrarse con que estaba en venta. Se trataba de uno de los más antiguos hoteles de la zona, pero que necesitaba algunas remodelaciones para transformarlo en un lugar más atractivo. Fue entonces cuando comenzó el proceso de restauración, que duró dos meses y medio y contó con la ayuda de la oficina de arquitectos S+S, con vasta experiencia en proyectos de restauración en Valparaíso.
"Este era uno de los primeros hoteles de la zona, me encantó su fachada, pero era solo un hotel de habitaciones, y yo quería que fuese más que eso. Un punto de encuentro, pero había que dotarlo de lugares de encuentro, y hacerlo más amable", explica Juan José.
La remodelación abarcó tanto los espacios comunes como las 16 habitaciones, se cambiaron los colores, el mobiliario y se crearon espacios nuevos.
El diseño del interiorismo estuvo a cargo de la decoradora Nieves Corces. "Cuando lo vi era tremendamente frío, y no era para nada 'cozy' -acogedor-, que es el concepto que define la atmósfera del hotel. La idea era hacer un lugar que tuviera espacios amplios, pero que no hubiera muchos muebles, permitiendo una circulación fluida. Los dormitorios estaban recargados, y aprovechando que tiene techos muy altos, los dejé limpios y con pocas cosas, con un ambiente tranquilo, que diera la sensación de 'sport' elegante. Eliminé los colores fuertes que antes había, e incorporé el negro y blanco, mientras que en los espacios comunes mantuve el rojo", explica Nieves.
Web:
La restauración del hotel
incluyó la creación de nuevos espacios comunes, como un living de invierno y una terraza con vista a la bahía. El interiorismo y diseño de mobiliario estuvieron a cargo de la decoradora Nieves Corces.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.