Cada año el Ministerio de Vivienda de España a través de la Bienal, uno de sus programas institucionales, escoge una capital en Iberoamérica para dar a conocer una serie de proyectos de arquitectura y, de paso, hacer hincapié en el rol que el urbanismo tiene en la transformación de las ciudades. Pues este 2010 la elección se llevó a cabo como de costumbre, sólo que hubo una excepción. Colombia fue el país elegido pero Medellín (y no Bogotá que es la capital) la localidad donde se acaba de desarrollar la VII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (BIAU). Una instancia que trajo a Sudamérica a 97 expertos internacionales, y en la que se desarrollaron 60 actividades académicas y más de diez exposiciones.

¿Por qué Medellín?

Con el paso del tiempo, esta ciudad se ha convertido en un referente urbano por la correcta implementación y el buen resultado que han tenido proyectos que hablan de una forma adecuada de habitar los espacios privados y públicos. El establecimiento de viviendas sociales y de colegios de calidad, por ejemplo, es parte del crecimiento de este enclave colombiano. Por lo mismo, a través de una amplia programación –que contempla foros, exhibiciones fotográficas, instalaciones, recorridos guiados alrededor de Medellín– esta vez el objetivo fue que la comunidad conociera y reflexionara en cómo la arquitectura se integra a su vida cotidiana.

El proyecto de Guillermo Hevia para la empresa Olisur; el Santuario de Auco, en el valle de Los Andes, y el nuevo terminal aéreo de Montevideo, en Uruguay, fueron parte de las obras seleccionadas para la VII versión de la BIAU, desarrollada en Colombia.

En su séptima edición, la Bienal también mostró las mejores obras de Iberoamérica, España y Portugal, y Chile, por supuesto, no podía estar ausente. Esta vez no sólo se escuchó el nombre de nuestro país en los proyectos nacionales que fueron expuestos –entre los que destacan la capilla hecha por Undurraga Devés Arquitectos en Auco, Los Andes, y el edificio de la empresa Olisur S.A. construido por el arquitecto Guillermo Hevia y GH+A Arquitectos–, sino también por el premio a la trayectoria entregado al arquitecto Fernando Castillo Velasco por sus más de setenta años dedicado a este ámbito profesional.