Ocurre que en estas fechas es tal el bombardeo de eventos, fiestas y demases, que uno suele hacer cosas de manera automática sin pensar realmente en el porqué. Una de esas costumbres es el pesebre. A esta altura tengo al menos tres completos en mi casa, sin contar los retablos de Perú y Bolivia y varios niños Dios, los que, para dejar a todos contentos en mi familia sin tener que discriminar a ninguno de ellos, distribuyo en varias zonas.

Dicen que fue San Francisco de Asís, mi santo adorado, quien ideó esta iniciativa en plena Edad Media. Al parecer ocurrió en una gélida noche del invierno europeo que este santo amante de los animales buscó refugio en una gruta en Greccio, Italia, y se inspiró en el nacimiento de Jesús. Luego surgió la idea de revivir este evento con una performance en vivo con humanos y animales. Hablamos del año 1223. La iniciativa tuvo tan buena acogida que pronto se extendió por Europa y se transformó en una tradición. Una costumbre que más adelante dejó de ser solamente en vivo para convertirse en pequeñas figuras de greda pintadas: los actuales belenes que muchos de nosotros tenemos en este momento en nuestro hogar.

Así como gran parte de las tradiciones europeas llegaron a América con los españoles, el rito del pesebre también se instaló aquí. En muchos lugares del continente se celebran nacimientos en vivo, fiestas que son una verdadera tradición. En Chile, hay un pueblo donde se sigue esta costumbre tal como la ideó San Francisco en sus orígenes. Se trata de Navidad, en la VI Región, lugar donde muchos de sus habitantes se congregan para celebrar estas fechas, con animales incluidos.

En medio del calor, los asistentes visten túnicas, llevan bastones y se agrupan en torno a fardos de paja para replicar el nacimiento de Jesús.

En Navidad, VI región, este año organizaron el primer concurso de pesebres en miniatura abierto a toda la comunidad. Para llegar a esta localidad desde Santiago hay que ir por la Autopista del Sol en dirección a San Antonio, y luego tomar hacia Llolleo hasta llegar a Santo Domingo. Hay que seguir por la Ruta 66, hasta encontrar un desvío hacia Navidad por la Ruta G-804.