Viajeros
Llegaron las vacaciones y con ello las confesiones de vuelo de cuatro personajes. Cada uno con su clara huella y un estilo particular de cómo disfrutarlas. ¡Buen viaje!
KANA CUSSEN, diseñadora
Destino: Campo
Las verdaderas vacaciones para la diseñadora Kana Cussen sólo tienen un nombre, Puerto Octay, en el fundo Los Venados de su familia. Allí el clan Cussen disfruta del significado de la palabra descanso, del aire puro, de las actividades lecheras, de las eternas sobremesas y, por supuesto, sus tardes de nado en el lago, algo que Kana confiesa, le encanta. Pero no todo es dormir y comer, a veces su papá logra sacarlos a recorrer el campo para sus eternas caminatas, disfrutar de las bondades del lago, o ir de excursión para contemplar la belleza natural de la zona. Confiesa que ya no puede ir como antes, y que cuesta coordinar los viajes con todos sus hermanos. Le gustaría tener más tiempo para disfrutar con su familia y del campo. Sin embargo, la casa Cussen no ha perdido ese sello aclanador. Siempre la mesa tiene a casi una decena de comensales, ya sea para disfrutar de un buen almuerzo o de un buen juego de cachos. "Soy un buen contrincante", dice. Son horas y horas de juego. Pero también le gusta aprovechar el tiempo para hacer alguna manualidad. Ha tenido tiempo para el punto cruz, el croché, etc. Algo que dice, siempre la relaja aun más y que sólo puede hacerlo en su querido Puerto Octay.
Campo. Puerto Octay es una pequeña ciudad ubicada a las orillas del lago Llanquihue.
BENJAMÍN GARCÍA-HUIDOBRO
Su nombre es sinónimo de viajes. No es para menos, Benjamín ya ha recorrido 72 países. Su carácter casi obsesivo lo ha llevado a cualquier lugar que se propone y la herencia de las odiseas vividas por Mónica Oportot y Patricio Goycolea -con quienes trabajó a los 13 años- lo inspiraron. Recorrió el Amazonas a los 17 años. Después se obstinó con África. A los 23 y durante 7 meses la recorrió viviendo con sus tribus. Su excusa: hacer una tesis y exposición para su título de comunicador audiovisual. De ahí su ola de innumerables rutas: un día pueden ser de lujo, otro en un camión, durmiendo en saco o a la intemperie. Habla de que cada uno de sus viajes debe ser tridimensional; "vivencial", dice. Naturaleza, gastronomía, etnias y enseñanzas se entrelazan. Para sus últimas vacaciones, su quinto pasaje a Japón, fueron 8 meses de preparación. Buscó puntos de interés, los calificó y sacó promedios. Así dice, logra una verdadera experiencia. Su próximo destino: Australia en motorhome por el desierto y buceando.
Birmania. Estupa dorada Shwedagon, Rangún y el bosque sagrado de bambú en Arashiyama, Kioto, son algunos de los destinos ya visitados por Benjamín.
CAROLA MUÑOZ, diseñadora de vestuario
Destino: Grandes urbes
La diseñadora de vestuario Carola Muñoz llama la atención. En Palermo Soho, sobre la calle Paraguay, por ejemplo, su imagen sorprendió a los dueños del Hostel Borges, con su llegada impetuosa, de taco, vestido rojo, con maleta y bolso de mano. Le preguntaron: "¿Che, estás segura de que tienes reserva en el hostel? ¿Es un dormitorio mixto?". Se ríe cuando nos cuenta. Es una viajera solitaria. Apenas puede se escapa. Sus vacaciones en general son relámpagos. Le gusta recorrer las grandes urbes. Buenos Aires, Barcelona o París le han maravillado tanto que vuelve una y otra vez y sus gustos son claros. Aunque a veces se deja llevar por la masa, su óptica siempre termina donde la cultura se permea con la moda, el diseño y claramente la arquitectura, carrera que estudió previamente y que marca su propuesta como diseñadora.
Palais de Tokyo, el Instituto del Mundo Árabe, también en París, son los lugares que Carola retrata de manera particular en sus viajes.
GABRIEL MUSTAKIS, enólogo
Este joven enólogo de la Viña Cousiño Macul es ante todo un gozador. Le gusta experimentar cada país recorriendo sus sabores y aromas. Puede estar en Nueva Zelandia, Malasia o España, da lo mismo, porque mercados, cocinerías, productores o las mismas viñas son algo infaltable en sus rutas. Es capaz de probar desde un sabroso pad thai, típico plato tailandés a base de fideos de arroz, hasta un cordero de Nueva Zelandia, algo que lo desilusionó absolutamente. Aunque no se detiene ahí, los insectos también forman parte de su lista, porque son ingredientes comunes de la cultura en países de oriente o México. Definitivamente valiente. Como buen cocinero, siempre busca capturar ese secreto a la hora de obtener un sabor determinado. Un aliño, un punto de cocción, un licor, o incluso una manera de cultivar, algo que impregne y que deje esa sazón, el color de una cultura a un plato o brebaje. Y como buen conversador, suele conseguirlo.
Italia. Gabriel visitó los viñedos de Barolo y la huerta del Feudi di San Gregorio en Campana.
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