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Un Rolls-Royce Ghost único con alma gamer

Inspirado en la cultura arcade de los 70 y 80, el vehículo puede considerarse una obra de arte interactiva, con guiños ocultos y detalles creados pixel por pixel.

Siempre dispuesto a innovar y tomar rumbos que no se esperaban para una marca de lujo señorial, Rolls-Royce redefine el concepto de personalización con el Black Badge Ghost Gamer, un vehículo a medida que homenajea a la era dorada de los videojuegos clásicos.

Diseñado para un cliente conectado con la estética arcade, este modelo toma la iconografía de 8 bits como punto de partida para crear un automóvil que es, en sí mismo, un juego que se explora, se descifra y se disfruta con cada recorrido.

Para este proyecto, el equipo de diseño de la marca se sumergió durante semanas en el imaginario de los primeros videojuegos: gráficos pixelados, paletas eléctricas, escenarios espaciales y el ambiente resplandeciente de las salas recreativas.

El resultado es un Ghost que mezcla nostalgia, arte y tecnología con una delicadeza imposible de replicar fuera del programa Bespoke, dedicado para desarrollar proyectos exclusivos para sus clientes.

El exterior se presenta en un llamativo acabado bicolor, donde el Azul Salamanca contrasta con un techo en Negro Diamante con efecto cristal. El protagonista del diseño es el motivo “Cheeky Alien”, un personaje de 8 bits pintado a mano a partir de 89 diminutos “píxeles”, idéntico en escala a los gráficos que marcaron el nacimiento de la industria.

A la estética retrofuturista se suma la reja iluminada del Panteón, las llantas forjadas de 22 pulgadas y una identidad visual tan lúdica como sofisticada.

Puertas adentro, el Black Badge Ghost Gamer se convierte en un nivel completamente nuevo. Los asientos muestran bordados “Jugador 1”, “Jugador 2”, “Jugador 3” y “Jugador 4”, mientras que los reposacabezas retoman al “Alienígena Travieso” en un diseño tan meticuloso como táctil.

La emblemática “Cascada” entre los asientos traseros alberga una escena espacial pintada a mano durante dos semanas, combinando técnicas tradicionales, aerografía y texturas creadas con esponja.

Las referencias se vuelven aún más inmersivas con el techo Starlight “Pixel Blaster”, donde 80 naves pixeladas se iluminan mediante fibras ópticas que simulan disparos láser, y la fascina iluminada “Laser Base”, que recrea un universo estelar animado.

Incluso, los estribos participan del juego con mensajes de bienvenida como “Press Start” o “Level Up”.

Sobre la experiencia, Joshua McCandless, diseñador Bespoke en Rolls-Royce Motor Cars, relato: “Durante un mes, nos sumergimos en la estética de 8 bits que definió los videojuegos de finales de los 70 y principios de los 80. Queríamos que el cliente sintiera que el automóvil en sí era una experiencia inmersiva, y que cada vez que entrara, recreara la misma emoción que sintió al pulsar ‘start’ en una máquina recreativa por primera vez”.

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