
La historia de espionaje chino que remece la política británica
El caso fue archivado por la fiscalía y desencadenó una ronda de acusaciones entre el gobierno, los legisladores de la oposición y el poder judicial. La administración de Keir Starmer es acusada de priorizar la relación económica con China ante una posible escalada diplomática.

El caso de espionaje en el que dos ciudadanos británicos fueron acusados de filtrar información sensible a un agente de inteligencia chino ha reactivado las alarmas sobre la seguridad nacional en Reino Unido y ha generado una nueva crisis en el gobierno, luego que el proceso fuera archivado.
Los británicos Christopher Cash y Christopher Berry fueron detenidos en 2023 bajo sospecha de transmitir, recopilar y proporcionar información perjudicial para la seguridad y los intereses del Estado, entre diciembre de 2021 y febrero de 2023. El caso acaparó la atención pública porque Cash, de 30 años, tenía acceso directo a líderes conservadores como investigador parlamentario, mientras que Berry, de 33, ejercía como profesor.
Entre la información que Cash supuestamente le entregó a Berry se encuentran los nombres y fotografías de una delegación de funcionarios del Ministerio de Defensa de Taiwán que visitó Reino Unido en 2022 para reunirse con legisladores británicos y discutir cómo Taiwán se defendería de cualquier futura agresión china.
Cash, en una declaración, dijo que hablaba rutinariamente con Berry, quien creía que trabajaba para una empresa de asesoría estratégica en China, y aseguró que no tenía idea de que la información que compartía se transmitía a la inteligencia china.
“Era mi amigo y estos eran asuntos que nos apasionaban a ambos”, dijo Cash. “Creía que era tan crítico y preocupado por el Partido Comunista chino como yo”. Berry no ha hecho comentarios desde que el caso se desmoronó.
Cash y Berry han declarado su inocencia. Los funcionarios de seguridad de aquel momento afirmaron que el caso era seguro, aludiendo a la gran cantidad de comunicaciones comprometedoras entre ambos hombres. La embajada china en Londres calificó las acusaciones de infundadas.

La semana pasada, el director del Servicio de Fiscalía de la Corona (CPS) declaró que el caso fracasó porque no se pudieron obtener pruebas del gobierno que se refirieran a China como “una amenaza para la seguridad nacional” y, por lo tanto, un “enemigo” del Estado británico. Sin dicha declaración, el fiscal jefe de Inglaterra afirmó que sería imposible declarar a los dos hombres culpables de violar la Ley de Secretos Oficiales de Reino Unido, lo que se define como la entrega de información que podría ser útil a un enemigo.
En una inusual intervención, el director de la Fiscalía Pública, Stephen Parkinson, el fiscal de mayor rango en Inglaterra y Gales, afirmó que la Fiscalía había intentado obtener más pruebas del gobierno “durante muchos meses”. Pero que las declaraciones de los testigos no cumplían los requisitos para procesar.
Además, señaló que, aunque existían pruebas suficientes cuando se presentaron los cargos contra los dos hombres en abril de 2024, un precedente establecido por otro caso de espionaje a principios de este año implicaba que China tendría que haber sido etiquetada como una “amenaza a la seguridad nacional” en el momento de los presuntos delitos.
El hecho de que el caso no se llevara a juicio desencadenó una ronda de acusaciones entre el gobierno, los legisladores de la oposición y el poder judicial.
Sectores de la oposición y parte del oficialismo acusan al gobierno de priorizar la relación económica con China ante una posible escalada diplomática. El primer ministro Keir Starmer calificó estas acusaciones como “irrelevantes y carentes de fundamento” y se mostró “profundamente decepcionado” por la decisión de no celebrar el juicio, culpando al anterior gobierno conservador por no definir claramente al Estado chino como una amenaza para la seguridad nacional.
En medio de esta controversia, el gobierno respondió con la inusual medida de publicar varias declaraciones de testigos preparadas para el juicio, ahora abortado. Una de ellas es la de Matthew Collins, asesor adjunto de Seguridad Nacional. La declaración de Collins calificó a China como “la mayor amenaza estatal para la seguridad económica del país”.
El jueves, Ken McCallum, director del MI5, la agencia de inteligencia nacional británica, declaró que el fracaso del caso era frustrante y anunció que su agencia había desbaratado otra amenaza de espionaje chino tan solo la semana pasada. “En lo que respecta a China, Reino Unido debe defenderse con firmeza de las amenazas y aprovechar las oportunidades que, sin duda, benefician a nuestra nación”, declaró.

“El caso pone de manifiesto las dificultades que enfrentan los gobiernos para gestionar tanto la amenaza como la oportunidad económica que representa China. También señala los desafíos de abordar las amenazas de un Estado autoritario sin las restricciones legales que existen en una democracia. Funcionarios británicos afirman que la capacidad de recopilación de información de China supera cualquier otra que Gran Bretaña haya visto en términos de escala, abarcando desde ciberataques hasta solicitudes de información aparentemente inocuas dirigidas directamente a empresas y académicos”, escribió The Wall Street Journal.
Reino Unido es de interés para China debido a sus estrechos vínculos con Estados Unidos y su papel en organizaciones como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), según un informe del Comité de Inteligencia y Seguridad del Parlamento citado por el diario.
El periódico señaló que en los últimos años, las acusaciones de espionaje chino en Gran Bretaña han abarcado desde un presunto hackeo de la base de datos electoral -que contiene las direcciones de unos 40 millones de votantes- hasta la intervención de un empresario en un intento fallido de comprar acceso al príncipe Andrés, caído en desgracia. El Parlamento ha sido blanco de ataques y los servicios de seguridad denunciaron una operación de hackeo contra los correos electrónicos de los legisladores en 2021.
La mano derecha de Xi Jinping
En los detalles que se ha dado a conocer es la reunión secreta entre un académico británico de bajo nivel y un poderoso miembro del círculo íntimo del gobierno chino.
Según las declaraciones de Matt Collins, Berry, quien trabajó como investigador en China, supuestamente se reunió con Cai Qi en julio de 2022 en Hangzhou, capital de la provincia oriental china de Zhejiang.
Las declaraciones no mencionan explícitamente a Cai, pero sí proporcionan información que lo identifica. Refiriéndose a la supuesta reunión, Collins dijo: “Es muy poco probable que uno de los funcionarios más importantes de China se reúna con Berry a menos que el Estado chino lo considere alguien que podría obtener información valiosa”. Collins agregó: “El poco tiempo que se le dio a Berry para proporcionar la información y el análisis solicitados me indica que es posible que se hayan utilizado para fundamentar la toma de decisiones en tiempo real”.

Según el diario Financial Times, Qi es técnicamente el quinto líder del Partido Comunista Chino, sería el jefe de gabinete del Presidente Xi Jinping y a menudo funciona tras bastidores, pero ahora tras la divulgación de información de testigos se encuentra en el centro del escándalo.
En aquel entonces, Cai era secretario del partido en Beijing y miembro del politburó, compuesto por 25 personas, lo que lo convertía en uno de los líderes más destacados del país. Había trabajado bajo las órdenes de Xi en varios momentos desde la década de 1980, tanto en Fujian como en Zhejiang.
The Financial Times señaló que en octubre de 2022 -apenas unos meses después de la supuesta interacción con Berry- Cai estuvo entre los leales promovidos al santuario interior de la política china, el Comité Permanente del Politburó, compuesto por siete miembros.

La declaración también tenía otros detalles sobre cómo Cash supuestamente compartió información con Berry entre 2021 y 2023, desde chismes de Westminster hasta detalles no públicos sobre una revisión de seguridad de una propuesta de adquisición de un fabricante de chips por parte de una entidad china.
The Wall Street Journal indicó que a pesar de que los servicios de seguridad siguen advirtiendo sobre descarados intentos de espionaje chinos, el gobierno de Reino Unido ha intentado recientemente profundizar sus relaciones comerciales con China en medio de un crecimiento económico estancado. El mes pasado mantuvo conversaciones comerciales con Beijing por primera vez en siete años.
Cash dirigió el Grupo de Investigación sobre China, cuyo objetivo era educar a los legisladores sobre los posibles desafíos que presenta el Partido Comunista Chino (PCCh). Trabajó con varios legisladores conservadores de alto perfil, lo que le permitió comprender la política gubernamental hacia China y las maquinaciones internas del Partido Conservador. Collins afirmó que esto ayudó al Estado chino a obtener información en tiempo real sobre las opiniones del Parlamento en materia de políticas, señaló The Wall Street Journal.
En 2022, Berry apareció en un video de YouTube para el consejo municipal de Hangzhou, publicitando el sitio arqueológico de Liangzhu de la ciudad, explicando que era originario de la ciudad británica de Oxford, pero que había estado enseñando en China durante tres años.
Las pruebas del caso incluían acusaciones de que Cash le dijo a Berry que un legislador conservador y conocido halcón con respecto a China, Tom Tugendhat, probablemente obtendría un puesto en el gabinete en 2022. Cash supuestamente proporcionó a Berry información sobre una investigación de seguridad nacional relacionada con la compra de la fábrica británica de chips informáticos Newport Wafer Fab por parte de una empresa controlada por China antes de que se hiciera pública oficialmente. La adquisición fue bloqueada por el Estado británico.
Las pruebas, sostuvo The Wall Street Journal, indicaban que a Cash le ofrecieron un pago por cierta información, aunque él niega haber recibido pago alguno. Cash afirmó que gran parte de la información que compartió con Berry ya era de dominio público. “Ya me animaban a compartirla con los periodistas como parte rutinaria de mi trabajo o simplemente eran chismes políticos que formaban parte de los rumores cotidianos en Westminster”, declaró.
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