Alejandro Aravena: "Necesitamos calidad, no caridad profesional"
A un día de recibir el Premio Pritzker, el arquitecto chileno habla en Naciones Unidas sobre los desafíos de construir vivienda social en forma sustentable.
En su discurso en las Naciones Unidas la noche del lunes, Alejandro Aravena, ganador 2016 del Premio Pritzker, dijo que reconocía tres grandes emociones: gratitud, cuando miraba hacia atrás y pensaba en todos quienes hicieron posible este reconocimiento, felicidad en el presente y libertad hacia el futuro. Hoy martes, en una conferencia de prensa en las Naciones Unidas, aclaró: libertad para equivocarse y fallar, en la medida en que sus proyectos son cada vez más desafiantes, "sin tener que estar probándole nada más a nadie".
El director ejecutivo de Elemental, primer chileno en recibir el premio considerado el Nobel de la arquitectura, fue invitado por el Fondo de Objetivos de Desarrollo Sustentable de la ONU y los Premios Pritzker para hablar sobre los desafíos del entorno construido en los próximos 15 años. Aravena, de 48 años, dijo que ante la escasez de tiempo y dinero que tienen los gobiernos para resolver el problema de vivienda social, una de las respuestas está en abrir el proceso a la gente.
Como ejemplo puso los proyectos de Elemental para vivienda social: ante la falta de recursos, se propone entregar media casa buena, con posibilidades de ser ampliada, en lugar de una casa chica.
"No vamos a resolver esta ecuación a menos de que usemos la capacidad de la gente, sus recursos, energía, dinero, para construir su entorno. Usas incrementalidad para combatir la escasez", explicó. "Y lo que debemos hacer con dineros públicos, es la mitad que los individuos no pueden hacer por sí mismos. Y crear sistemas abiertos que puedan canalizar las capacidades de la gente para sumarse al sistema".
La arquitectura tiende a verse como un costo extra, señaló, pero el centro de la práctica arquitectónica es resolver conflictos y crear una propuesta. "Necesitamos calidad profesional, no caridad profesional. Necesitamos las mejores mentes para resolver este tipo de preguntas", dijo. "Basta de diagnósticos eternos, basta de analizar las dificultades y las condiciones. Propón algo".
Nombrado director de la Bienal de Venecia 2016, Aravena puso sus proyectos como prueba de que con el diseño correcto se puede jugar con las reglas del mercado y de los gobiernos para ofrecer viviendas dignas, funcionales y que al final del proceso ganen valor. "Así la vivienda puede ser vista y aplicada como una inversión social, no como un costo social".
Orgulloso, contó que una de las dueñas de casa del proyecto Quinta Monroy, en Iquique, lo fue a felicitar por el premio, y con un poco de vergüenza le dijo que había vendido la casa a mucho más dinero de lo que le había costado. Para él es un testimonio de cómo la arquitectura puede ser un atajo para la equidad, elevando la calidad de vida de las personas. "Si tu casa vale más, puedes ir al banco y pedir un crédito para abrir tu propio negocio o para mandar tus niños a estudiar", explicó.
"Enfrentar la escasez con incrementalidad. Entendiendo que el diseño puede contribuir a que esos desarrollos, con el tiempo, puedan tener valor, en vez de ser un deterioro de la calidad de vida y del espacio social de la ciudad misma. Eso es lo que nos interesa poner disponible como conocimiento público", sostuvo.
Archivos abiertos
Con una sonrisa en la cara y su medalla colgando, Aravena reveló su primera propuesta como el nuevo y único premio Pritzker de arquitectura chilena: abrir el acceso a todos sus proyectos para que quien quiera pueda usarlos.
"Los proyectos que nos han parecido que han funcionado mejor y en los cuales la realidad demuestra con hechos que han sido capaces de mejorar la calidad de vida de la gente y agregar valor a los barrios, a las familias, a la ciudad, van a quedar disponibles desde hoy en la tarde como información pública. Cualquiera que entre a la página web de Elemental podrá descargar los archivos, las planimetrías de esos proyectos, y adaptarlos a sus propias realidades", declaró.
Con humildad, Aravena dijo que el aporte de Elemental a la vivienda social en Chile no es tanta si compara con todo lo que se construye al año en el país.
"Por alguna razón, el mercado, los desarrolladores inmobiliarios y las empresas constructoras siguen resistiéndose a entender que aquí hay una necesidad urgente de cambio de paradigma. Y mientras eso no ocurra, a nosotros nos va a seguir interesando que esto se transforme en lo normal y no la excepción".
El arquitecto contó que su discurso de agradecimiento fue intencionalmente emocional y no mental, porque para él las políticas públicas son algo que hay que tomarse como algo personal. "No me parece que haya una sola cosa en el ámbito de la discusión de estos problemas, entrecomillas, que importan, que no pueda al final del día ser hecho como una cuestión personal y privada. Si uno no hace ese cambio interno, creo que no llegamos a resolver las preguntas que son realmente importantes", agregó.
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