El viernes pasado, la madre superiora de las religiosas de los Sagrados Corazones, Sofía Baranda, anunció a los padres y apoderados el cierre definitivo del colegio a fines de este año. Los afectados no tardaron en reaccionar y la tarde de ayer se juntaron aproximadamente 100 personas en las afueras del colegio, entre padres y alumnas,  con pancartas, carteles y rallados para pedir que el colegio continúe.

¿Las razones del cierre? Entre los apoderados, se especula que la mala administración de las mensualidades (cerca de $200 mil)  llevó al establecimiento a una situación económica compleja,  por lo que una vez finalizado el contrato con los sostenedores Sociedad Educativa Sagrado Corazón, vendieron el terreno a una inmobiliaria.

El presidente del centro de padres, Francisco Llanos, cuestionó la manera en qué se dio la noticia, pues deja a los apoderados sin el tiempo adecuado para decidir qué hacer con el futuro de sus hijas a menos de tres meses del término del año escolar, momento en que muchos colegios ya cerraron sus postulaciones, o bien, ya se encuentran en la etapa final de selección. "Se nos coarta la  libre disposición (…) estamos dispuestos a escuchar pero ni el colegio ni la Congregación se han hecho presentes".

Otra de las preocupaciones es que las alumnas que ingresaron en el último trimestre de este año pagaron una cuota de incorporación cercana a los $700 mil. A esto se suma, la situación de los 46 profesores que quedarán sin trabajo, muchos de ellos con cuarenta años en el colegio.

La solución que más se ha barajado es garantizar cupos a las estudiantes en el Colegio Sagrado Corazón de Viña del Mar, donde no les cobrarían cuota de incorporación al menos por este año.

El centro de padres se reunió ayer con funcionarios de la Secretaría Regional Ministerial de Educación, quienes se comprometieron a averiguar las  aristas del cierre.

En el colegio, en tanto, se afirmó que no se realizarían declaraciones.