En Alemania aún están de cabeza por el gol que se le validó al Bayer Leverkusen frente al Hoffenheim: un remate de cabeza de Stefan Kiessling ingresó por un forado en la malla lateral, pero que el árbitro no alcanzó a advertir, por lo que pitó apuntando al centro de la cancha. El partido terminó con la celebración de los favorecidos que, además, se metieron en la parte alta de la tabla de la Bundesliga.

Por muy insólita que parezca la situación, no es, ni por mucho, la primera vez que ocurre en una cancha de fútbol. Te invitamos a recordar cuatro historias de goles que no fueron:

La pifia de Thomas Helmer

El gol de Kiessling tiene mucho que ver con la siguiente historia, precisamente porque es el antecedente de la petición del Hoffenheim de repetir el encuentro. El Bayern Munich enfrentaba al Nurnberg por la Bundeslliga 93-94, cuando un corner bombeado cayó a los pies de Thomas Helmer en la boca del arco. El zaguero mostró su poca pericia en ofensiva al errar el disparo de manera inexplicable... tanto así, que el árbitro tampoco lo debió creer porque lo cobró como gol. Debido a las protestas, el partido se repitió pero todo fue para peor: el Munich ganó el partido 5-0.

Pesadilla en Frankfurt

Curiosamente, las acciones vuelven a sucederse en Alemania. El Frankfurt estaba viviendo una tarde terrible el 17 de enero del 2010. Caía 4-0 ante el Duisburg en un partido de la segunda división alemana y para más remate, en el minuto 81 una mala salida del portero terminó en los pies de un delantero rival. Su remate dio en el palo y botó por lo menos un metro por delante de la línea, pero para el árbitro fue gol claro y el 5-0 se selló en el marcador.

La venganza de los teutones

Mucha polvareda generó el gol que no se le cobró a Frank Lampard, en el Inglaterra - Alemania de los octavos de final de Sudáfrica 2010. Sin embargo, la historia contará que fueron los bávaros quienes golearon y avanzaron de ronda. Incluso algunos dirán que fue la venganza de lo que sucedió en 1966, cuando las mismas selecciones se enfrentaban en la final del Mundial. El empate a dos en tiempo reglamentario, obligaba a la prórroga, que tenía guardada una sorpresa: Un remate de Geoff Hurst se estrelló en el travesaño y botó sobre la línea. Hubo un momento de duda, pero finalmente el gol se cobró y los ingleses terminaron levantando la copa (4-2 fue el final).

La viveza del "Chiqui"

Por supuesto, Chile también tiene su historia con un gol que no fue. Luis Chavarría no solo tuvo su momento de fama cuando lesionó a Enzo Francescoli. En 1998, cuando defendía la camiseta de Deportes Concepción, era parte del equipo que enfrentaba a Deportes Temuco en el Estadio Regional. El "Chiqui" se encontró con un rebote en área chica, y aunque no tenía ángulo, optó por un remate furioso. El disparo pegó en la cara externa del arco... claro que el balón ingresó por un orificio y el defensor celebró desaforado su "gol fantasma".