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Morovic prepara el regreso

El Gran Maestro chileno se irá a Cuba, donde podrá dedicar todo el día al estudio. Es lo que necesita, dice, para volver al primer nivel.

Iván Morovic ha jugado torneos y partidas ante grandes del ajedrez en los últimos años, es el número uno de Chile en las Olimpiadas y hasta jugó con Anatoly Karpov el año pasado. Pero no es posible definirlo como un ajedrecista. “Un ajedrecista se dedica todo el día a esto, entrena y estudia ocho horas diarias, es tu trabajo. Yo no venía haciendo eso”, aclara.

Por eso su plan de irse a Cuba, los primeros días de marzo, es un regreso.

“Tengo 52 años, es ahora o nunca. No quiero, a los 60 años, lamentarme por no haber hecho esto ahora. Y no es lo mismo hacerlo ahora que a los 60”, declara.

Porque el Maestro Internacional viñamarino siente que dejó el deporte, que el ajedrez lo está dejando a él de a poco y nada quiere menos que eso.

En La Habana, la tierra de su esposa, va a jugar, entrenar y estudiar. “Hay un equipo de jóvenes, jugadores y analistas, que van a trabajar para mí, que pone la federación cubana, que son campeones del país y un campeón centroamericano”, relata.

De esa manera, y con la disputa de certámenes locales, Morovic podrá completar las 12 partidas oficiales que debe tener para poder participar en torneos por Chile.

El GM chileno también aportará al desarrollo del ajedrez local, haciendo algunos cursos. De todas maneras, el viaje es una apuesta, pues la federación cubana no está en condiciones de pagarle por sus servicios.

¿De qué va a vivir? “Es una excelente pregunta”, responde Morovic. “Estamos pensando en dejar algún proyecto, por el que deba venir a Chile, estar una semana y volver al concentrado allá rápidamente. No me pagan en Cuba, es de conveniencia mutua”.

A Cuba, donde ya estuvo en enero haciendo una charla y echando un vistazo a lo que será su nueva vida, viajará con su esposa e hijo.  Morovic tendrá un centro de operaciones, como él llama, desde donde viajará a los campeonatos internacionales. “Estoy al día con la teoría y con lo que pasa en los torneos, pero me falta eso, el tablero”, comenta.

La respuesta a la “buena pregunta” aún no llega. “Al comienzo, gastar los ahorros no es la idea. Pero estar pensado en las lucas, en los recursos, es desconcentrarse de nuevo. Quiero pensar sólo en ajedrez. A los campeonatos uno va y gana premios, como cualquier deportista profesional, y esa sería la apuesta. Todo requiere recursos, tal vez le quiera pagar a los entrenadores... Hay que ir viendo”.

En los últimos años ‘de retiro’, Morovic nunca dejó el ajedrez ni tuvo que trabajar en otro tipo de cosas. Todas sus actividades tenían que ver con su deporte: charlas, simultáneas para Soprole, su auspiciador de siempre, y otros proyectos que llenaban el día, pero “son de enseñanza, no es lo mismo, no me permitían entrenar, no me dejan ser profesional, viajar a jugar”.

De acuerdo a las líneas que tira Morovic, su paso por Cuba puede ayudar también al resto del ajedrez nacional. El también ex presidente de la Federación Chilena asegura que con los nuevos directivos tiene “buena onda”. Y agrega: “Yo los voy a apoyar siempre, si algún ajedrecista, como Cristobal Henríquez, por ejemplo, quiere ir a Cuba, yo lo voy a apoyar, sería una idea interesante”.

¿A dónde quiere llegar Morovic en este retorno? “De ELO tuve más de 2.600 en 1993 (hoy tiene 2.570), cuando gané en las Canarias donde estaban los mejores del mundo. Quiero llegar a 2.700”, dice Morovic.

Habla con ilusión el GM chileno. “Es lo más importante, tener las ganas”, asegura.

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