A 20 años de la caída de las Torres Gemelas


Por Fernando Wilson, Doctor en Historia y profesor Facultad de Artes Liberales UAI

Cumpliéndose ya 20 años desde los ataques a las Torres Gemelas y al Pentágono, podemos decir con propiedad que hay pocos casos en la Historia Contemporánea de que hubo tal certeza de que un nuevo mundo comenzaba. Ambas guerras mundiales se desataron ante la vieja mentira de la guerra corta, mientras que el final de la Guerra Fría, por sorpresivo que fue, solo llevó a Occidente a pensar que, de la mano de Fukuyama y otros en su estilo, nuestra forma de ver el mundo y la vida se había impuesto ya inapelablemente en la estructura de la democracia liberal.

El 9/11, por el contrario, nos recordó lo que algunos ya venían diciendo desde 1993 como Huntington: el mundo es complejo y las visiones occidentales están lejos de la universalización supuesta. Ciertamente hay aspectos como la ciencia y la técnica, las formas de estudio, etc., que son destacables y en los que Occidente aún tiene primacía, pero los atentados dejaron claro de que “allá afuera” hay muchos mundos y culturas que no comparten nuestras visiones y están dispuestos a defender las suyas con el uso de todo tipo de violencia.

La primera reacción norteamericana, y después de Europa, fue de participar en lo que se llamo “la guerra contra el terror”, una reacción desde el miedo que no resolvió nada, sino que solo agudizó la situación de base. Veinte años después, vemos a Occidente abandonar primero Irak, luego Siria y, finalmente, la primera de las acciones antiterroristas, asumida en octubre del 2001, Afganistán.

El mundo hoy es muy diferente: China salió de su aislamiento y busca agresivamente posicionarse en el mundo; Rusia, arrinconada, busca defender su área de influencia; Europa, agonizando sobre sus diferencias, no consigue aunar voluntades para realmente ser una potencia. En este nuevo mundo, nos encontramos con una multipolaridad evidente, basada en la multiculturalidad y en una escena así, nos encontramos con un mundo mucho más parecido al previo a 1914, desordenado y caótico, pero con una gran diferencia…por aquellos años Occidente solo tenía certezas. Un siglo y fracción después, solo tenemos dudas, mientras que nuestros adversarios nos han reemplazado en el rol de la certidumbre.

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