El derecho a la no discriminación ¿tiene que ser parte de la Constitución?

A semanas del plebiscito en que se decidirá si en Chile se trabajará o no en una nueva Constitución, ya se discute en algunos sectores sobre la importancia de ciertos estatutos que debería incluir una nueva Carta Magna, como es el caso del derecho a la no discriminación y a la expresión de género.
“Nos encontramos en una sociedad donde las personas LGTBIQ existen y donde se han aprobado leyes que reconocen una igualdad de derechos, pero sigue siendo insuficiente y mucho de lo que se ha hecho ha sido en la medida de lo posible”, dice Constanza Valdés, abogada de la Agrupación de Lesbianas Rompiendo el Silencio. Y agrega: “Una Constitución no puede quedar ajena al reconocimiento de la identidad. Si una Constitución quiere reconocer la diversidad de personas que hay en una sociedad y garantizar igualdad de condiciones, tiene que partir por reconocer a grupos históricamente discriminados y excluidos que han estado fuera del proceso constitucional”.
Desde Iguales, su presidenta Alessia Injoque, coincide: “Creemos que el derecho a la igualdad y la no discriminación debería estar en las bases del nuevo Chile. Actualmente la ley se limita a penar casos específicos de discriminación, pero no hay un deber establecido para el Estado o un requerimiento más amplio sobre su deber en la integración adecuada de las diferentes orientaciones sexuales y expresiones de género”.
Valdés dice que, si bien la Constitución no tiene que ser un catálogo de categorías por las que no se debería discriminar, sí tiene que decir algo y establecer un deber del Estado: “Es importante incorporarlo para tener un piso mínimo, para que se establezcan ciertos principios”.
“Esperamos que la nueva Constitución establezca la creación de recursos de protección más efectivos que los existentes, pues si bien se trata de la herramienta tutelar por excelencia tiene muchos problemas, algunos de ellos relacionados con la discriminación”, añade la abogada.
La importancia de la representatividad
Ambas activistas coinciden en que es fundamental que integrantes de la comunidad LGTBIQ participen del proceso constituyente para que exista una real representatividad.
“La Constitución debe representar todos los aspectos de la sociedad y me parece que si bien esto es algo que algunos partidos están promoviendo, se deben promover candidaturas de personas LGTBIQ para que en la Constitución se vean representados los intereses de una comunidad históricamente discriminada”, explica Constanza Valdés.
La abogada de Rompiendo el Silencio agrega: “Hay que exigir temáticas que históricamente han estado invisibilizadas para poder tener una sociedad representada. Pero para eso se necesita voluntad política, pues recordemos que antes de la Ley de cuotas casi no habían mujeres en el Congreso, y aún hay muy pocas”.
Por su parte, la presidenta de Iguales dice que la representatividad es importantísima. “No quiero minimizar el aporte de personas heterosexuales en nuestras luchas, pues nos han apoyado en distintos espacios, pero la fuerza con la que una persona LGTBIQ habla respecto a nuestros temas es distinta por lo que experimenta, por la cercanía que tiene con otras personas y por el impacto que sabe que ciertas leyes tienen”, dice.
Injoque explica que lo que viene es un enorme desafío y un deber que el país y los distintos sectores que lo componen tiene con las distintas generaciones. “Creemos que para construir un futuro mejor tenemos que participar todos, todas y, porque no, todes”.
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