Eros Ramazzotti: estrella en la distancia
Es de la vieja escuela. A Eros Ramazzotti le gustan las bandas clásicas como Deep Purple. Eso significa el instrumento caldeado, la ejecución profesional, el solo de guitarra con pasión, que estira al máximo las cuerdas. Agrega el gesto sentido, la señal de entrega pero sincera.
No habló mucho anoche en el teatro Movistar Arena ante ocho mil personas, pero lo dijo todo en el escenario musicalmente, o casi. Porque hubo un detalle incómodo en su regreso a Chile, que dejó resentidos a sus seguidores: Eros Ramazzotti fue mezquino con el idioma, en rigor, con las versiones en español de sus incontables éxitos.
A más de 20 años de superar el cerco de la popularidad de su Italia natal, siguiendo la jugada histórica de las estrellas de la canción popular de ese país interpretando particularmente en español, se extrañó que rindiera más clásicos en nuestra lengua. Por ahí bromeó sobre si pronunciar más las zetas que la eses, buscando la forma perfecta.
Pero en medio de las pausas hubo más de una asistente que se quejó, exigiendo que cantara de la misma manera en que se convirtió en una de las mayores figuras pop de los 90. <strong>Entre las pocas concesiones, lo hizo íntegramente con Estoy pensando en ti y solo en el coro de Estrella gemela.</strong>
Eros Ramazzotti vino para promocionar su último álbum Noi (Somos en italiano), y para eso vistió una polera con el logo de la placa, un pequeño símbolo con la bandera y el nombre de Santiago en la espalda. Por supuesto no fue una caricia particular a la capital, sino que lo ha hecho en cada parada de esta gira mundial. También repitió la efectividad que le caracteriza en directo. A los 50 años Ramazzotti tiene más canas y las señas propias del paso del tiempo, pero aún luce su voz nasal característica intacta.
También persiste su afición por la guitarra eléctrica, aunque no estuvo particularmente fluido en sus intervenciones solistas, sobre todo al comienzo. Se reivindicó cuando cogió la guitarra acústica para despachar La aurora sin la asistencia de sus músicos. Fue uno de los momentos de la noche. El público, treinteañeros que hace dos décadas lo convirtieron en héroe romántico sin cuotas empalagosas -al contrario, siempre con un aire épico bien logrado-, vitorearon la versión.
La banda, como suele ocurrir con los artistas italianos, fue de primer nivel, sobresaliendo en particular el saxo en el medley que comprimió Una historia importante y Adesso tu. Fue un número indiscutidamente profesional, a la vez distante por el asunto idiomático.
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