SEÑOR DIRECTOR:

En una reciente columna publicada en su diario se afirma que el SAE seguirá siendo una lotería. Esto simplifica un debate serio y omite avances concretos que hemos construido para asegurar que todos puedan aprender sin discriminación ni exclusión.

Desde su implementación, el SAE ha garantizado postulaciones en igualdad de condiciones: sin entrevistas, sin pruebas de admisión ni pagos obligatorios. Más del 70% de los estudiantes ha sido asignado en establecimientos de su preferencia. Esta transformación ha sido clave para avanzar hacia un sistema más justo y cohesionado. La evidencia lo respalda: según un informe del CIAE de la Universidad de Chile, la segregación escolar en establecimientos subvencionados ha caído un 35% desde 2015.

La adecuación que reemplaza el mecanismo aleatorio responde al acuerdo suscrito con el Congreso. Se conformó una mesa técnica transversal, se presentaron indicaciones legislativas y se diseñó un nuevo mecanismo de desempate transparente, auditable y coherente con la ley. Este cambio permite que el proceso continúe con reglas claras, dando certeza a las familias y resguardando los principios que inspiran el SAE.

En ningún caso se incorporó el mérito, ya que ello requiere un debate democrático en el Congreso Nacional. Esa discusión está en curso, con voluntad del Ejecutivo para alcanzar acuerdos que optimicen el sistema sin retroceder en inclusión ni equidad.

Lamentablemente, fue desde ciertos sectores donde se instaló la idea de la “tómbola”, sin medir las consecuencias de ese relato. Hoy más que nunca necesitamos responsabilidad, debates informados y políticas de Estado que amplíen derechos. Cuando garantizamos el derecho a aprender de todas y todos, derribamos techos que por años limitaron oportunidades.

Alejandra Arratia Martínez

Subsecretaria de Educación