SEÑOR DIRECTOR:

Se celebra la llegada de la lluvia en tiempos de sequía. Pero cuando no hay planificación urbana ni inversión adecuada en infraestructura, hay más víctimas de las que se ve a simple vista. Una de ellas son nuestros lagos.

En ciudades como Puerto Varas o Panguipulli, donde las lluvias son intensas y constantes, el agua que corre por calles sin sistemas de drenaje adecuados termina entrando a la red de alcantarillado, desbordando colectores y forzando el vertimiento de aguas mezcladas (servidas y lluvias) directamente a los lagos. A esto se suma la ausencia de alcantarillado en muchos sectores, lo que facilita aún más la contaminación directa.

Desde Chile Lagos Limpios llevamos años advirtiendo sobre esta presión silenciosa que enfrenta el ecosistema lacustre. El progreso en saneamiento ha sido significativo, pero aún falta una mirada integral sobre la gestión de aguas lluvias. Necesitamos infraestructura moderna, normativas exigentes y educación ciudadana para evitar que la naturaleza pague el precio de nuestra inacción.

Nuestros lagos no pueden seguir siendo los basureros invisibles de las lluvias. Es hora de actuar.

Fernando Coz

Director ejecutivo

Fundación Chile Lagos Limpios