Prometer todo es no gobernar nada

SEÑOR DIRECTOR:
En estos días finales de campaña, el país está lleno de frases, jingles y giras, pero vacío de respuestas concretas. Los candidatos hablan de esperanza, cambio y futuro, pero casi ninguno dice lo esencial: qué va a hacer, cuánto cuesta, con qué recursos y en qué plazo.
El voto no es un acto de fe en la retórica, es un juicio sobre lo posible. Y lo posible siempre implica elegir, priorizar y renunciar. Por eso, cuando un candidato promete todo, en realidad no está comprometiéndose con nada.
La ciudadanía no necesita más slogans emotivos, necesita saber quién está dispuesto a asumir costos, a enfrentar intereses y a responder cuando lo prometido no se cumpla. Gobernar no es inspirar aplausos, es tomar decisiones incómodas y hacerse responsable.
Quedan pocos días. Aún hay tiempo para algo más honesto que emocionar: decir la verdad.
Kênio Estrela
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.
4.



















