Editorial

Elecciones: la importancia de los debates

El ciclo de debates parlamentarios que llevó a cabo La Tercera y la UNAB en tres regiones del país contribuye a un voto más informado y al objetivo de aterrizar mejor estas instancias a la realidad local.

Foto: Andrés Pérez Andres Perez

La alianza establecida entre La Tercera y el Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello para desarrollar un ciclo de debates en las regiones donde la universidad tiene presencia, ha permitido a la ciudadanía conocer más acerca de las propuestas de varios de los candidatos al Senado y a la Cámara, contribuyendo con el objetivo de que el voto sea lo más informado posible.

Fueron en total seis debates parlamentarios –los que tuvieron lugar en las regiones de Valparaíso, Metropolitana y Biobío-, los que no solo contaron con la presencia del público local, sino que gracias a las plataformas de este medio muchos más pudieron acceder a estos contenidos. De esta manera, la ciudadanía pudo conocer en mayor detalle las propuestas de los candidatos en ámbitos tan diversos como la seguridad, el desempleo, combate a la corrupción o la descentralización, pero también sus puntos de vista sobre el gobierno del Presidente Boric y con cuánta cercanía o lejanía se sienten respecto de este.

La necesidad de contar con estos espacios más reflexivos, que permitan un mejor despliegue de propuestas, resulta ciertamente fundamental, pero aún más en el actual contexto, ya que pese al enorme volumen de datos y contenidos que circulan a través de las redes sociales, en ello suelen abundar los mensajes altisonantes, manipulados o meramente propagandísticos, impidiendo un voto mucho más informado. Su necesidad resulta aún más evidente cuando otras plataformas, como la franja electoral que se emite por televisión, hasta el momento parece haber renunciado a su vocación informativa para caer básicamente en el campo de los eslóganes.

El formato LT/UNAB también ha resultado valioso porque ha permitido que exista un debate que recoja inquietudes y propuestas de los propios distritos y circunscripciones, permitiendo que la realidad local tenga mayor visibilidad, no quedando encapsulada en debates más de tipo nacional, favoreciendo así un debate más aterrizado, agregando con ello valor.

Resultó interesante constatar que a pesar del ambiente altamente polarizado de nuestra política, en estos debates prevaleció en general el respeto mutuo y la voluntad de llevar a cabo diálogos en tono constructivo sin por ello renunciar a la defensa de los postulados propios, lo que naturalmente contribuyó a un buen resultado.

Un aspecto que llamó la atención es que al analizar el grueso de las intervenciones de los distintos candidatos, en general se pudo apreciar el alejamiento de propuestas altamente disruptivas o refundacionales, siendo evidente que esta vez hay un notorio interés en poder llegar con mensajes mucho más directos a los problemas que más aquejan a la ciudadanía.

Ahora será tarea de los electores decidir por cuál de las opciones electorales decantarán, para lo cual resulta valioso contar con la mayor cantidad de instancias de debate posible, porque en la medida que se cuente con un mayor volumen de información habrá un voto mucho mejor fundamentado, lo que representa una ganancia para la democracia.

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