LT Domingo

Las reservadas citas que antecedieron al acuerdo constituyente

Durante las dos primeras semanas de noviembre, una serie de dirigentes del oficialismo y la oposición se reunieron para buscar un pacto de gobernabilidad. Las conversaciones fueron el puntapié de lo que vendría después.

En la madrugada del 15 de noviembre, tras una maratónica jornada de negociaciones en el Senado, representantes del oficialismo y la oposición suscribieron el acuerdo que abrió las puerta al proceso constituyente. FOTO: RICHARD ULLOA / LA TERCERA. Richard Ulloa.

La advertencia del Presidente Sebastián Piñera fue tajante y clara. “No permitiré que se hable de cogobierno”, les dijo a los timoneles de los partidos de Chile Vamos apenas se reunió con ellos en La Moneda aquella tarde del 31 de octubre pasado. Minutos antes, se habían retirado de la cita los jefes de los partidos de la oposición.

El rayado de cancha del Jefe de Estado -cuya aprobación por entonces iba en caída libre, aun cuando por esos días rozaba el 15 % y estaba todavía lejos del piso del 6% al que llegaría meses después- buscaba poner límites a los esfuerzos que se estaban desplegando desde el oficialismo para retomar el diálogo con la oposición en medio de la profunda crisis social que siguió al estallido del 18 de octubre y en momentos en que, en los círculos de poder, incluso rondaba la interrogante de si podría terminar su mandato.

La misma duda que había golpeado en su momento a Ricardo Lagos, tras el escándalo del MOP-Gate, y a Michelle Bachelet en su segunda administración, a raíz del caso Caval, volvía a flotar en el ambiente. “Por supuesto que voy a llegar al término de mi mandato. Fui elegido democráticamente”, diría días después Piñera en una entrevista con la BBC.

Hoy, con la perspectiva del tiempo y una pandemia que cambió por completo la agenda, salen a la luz una serie de conversaciones que hubo entre el oficialismo y la oposición para encontrar salida a una crisis que ya era calificada como la más grave desde el retorno de la democracia.

Las visitas de Desbordes

Fue el presidente de RN, diputado Mario Desbordes, quien aceleró los contactos con representantes de la ex Nueva Mayoría con miras a lograr un pacto de gobernabilidad. En el transcurso de la primera semana de noviembre pasado, Desbordes fue a la casa del exsenador y expresidente del PS, Camilo Escalona. Por más de una hora ambos analizaron la situación que estaba viviendo el país y los caminos que se podían evaluar.

17 de marzo del 2020/SANTIAGO Mario Desbordes, presidente de Renovación Nacional. FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE/AGENCIAUNO Sebastian Beltran Gaete

Quienes supieron de ese encuentro privado aseguran que el exdirigente socialista fue claro en manifestar que aunque Sebastián Piñera no era “santo de su devoción”, había que cuidar la institucionalidad y que no se podía dejar caer a un Presidente electo democráticamente.

La respuesta de Escalona alentó a Desbordes a seguir adelante con estas gestiones. Ese mismo día, el timonel de RN llamó al presidente del PPD, Heraldo Muñoz, para pedirle una reunión en privado.

Heraldo ofreció su departamento en Las Condes para llevar a cabo ese diálogo reservado. La cita se concretó antes del atardecer y cuando Santiago registraba disturbios y movilizaciones en diferentes puntos de la capital, los que dificultaban el traslado.

Desbordes no llegó sólo. Lo acompañaba el senador y vicepresidente de RN Rafael Prohens. Muñoz, en tanto, estaba acompañado del senador Guido Girardi y del exministro Francisco Vidal, dos de los máximos representantes de las tendencias internas del PPD.

“Se exploraron caminos de entendimiento”, señala uno de los presentes en esa reunión. Por entonces, asegura la misma fuente, en círculos políticos se hablaba de un gobierno de unidad nacional, una tesis que entusiasmaba a muchos de los integrantes de la vieja guardia de la ex Concertación, en el núcleo duro del llamado “Partido del Orden”, en el que incluso llegaron a barajar nombres de personeros que podían integrarse a ese eventual gabinete de unidad nacional.

Pero esa idea no tenía piso en La Moneda; tampoco respaldo de los partidos de oposición. Ni el PPD ni la dirigencia socialista propiciaban el reemplazo del Mandatario, menos el ser parte de una operación de salvataje del gobierno a través de un gabinete de unidad nacional. Por lo que nunca estuvo en la mesa de discusión que se llevó adelante con los representantes de RN.

En lo que sí había consenso es en que la institucionalidad democrática estaba en juego y que era imprescindible buscar entendimientos para alcanzar una salida a la crisis que incorporara el respeto a la vía institucional, a los derechos humanos, una condena a la violencia que se registraba en las calles y respeto a las demandas sociales y a la protesta pacífica.

En las más de dos horas que estuvieron reunidos en el departamento de Heraldo Muñoz, uno de los temas que más se debatieron fue el avanzar hacia un proceso constituyente y en las distintas fórmulas de alcanzar el objetivo de una nueva Constitución. Una demanda a la que estaba abierto en ese momento el timonel de RN, quien ya había tenido varias disputas al interior de Chile Vamos y con el gobierno en pos de que se atendieran las demandas que se estaban expresando en las calles.

A través de un cercano al diputado Marcelo Díaz, Desbordes mandó un mensaje solicitando que ambos se reunieran en reserva.

La cita se concretó en la mañana del sábado 9 de noviembre, en el departamento del amigo de Díaz que había servido de mensajero.

Al calor de un café, Desbordes se sinceró. Según el timonel de RN, el gobierno estaba extraviado y se requería dar una respuesta política a la crisis.

Para eso, le retrucó Díaz, era indispensable avanzar en un entendimiento entre las bancadas más grandes en el Congreso, a lo menos un acercamiento entre el PS y RN.

La misma respuesta obtuvo del senador y presidente del PS, Álvaro Elizalde, con quien se reunió a tomar un café en la sede del Congreso, y más tarde con José Miguel Insulza. Con el exministro del Interior, Desbordes se reunió en casa de Javier Insulza, quien ofreció de intermediario y anfitrión de la cita.

Fue precisamente producto de esas conversaciones reservadas que el lunes 11 de noviembre cinco representantes de RN -Mario Desbordes, los senadores Andrés Allamand y Manuel José Ossandon, y los diputados Paulina Núñez y Gonzalo Fuenzalida-, y cinco del PS -los senadores Álvaro Elizalde, Alfonso de Urresti y José Miguel Insulza, y los diputados Marcelo Díaz y Leonardo Soto-se reunieron en el Congreso en Santiago para avanzar en una salida institucional a la crisis y el proceso para una nueva Constitución.

La DC también se sumó a esas tratativas. Tras la reunión entre RN y los socialistas, el timonel falangista Fuad Chahin, y el diputado Matías Walker, se reunieron en privado con Desbordes y Paulina Núñez para abrir caminos.

Para entonces, el gobierno ya se había abierto a “reformas profundas” a la Carta Magna y estaba empujando a los partidos de Chile Vamos a alcanzar un acuerdo con la oposición.

El ministro del Interior, Gonzalo Blumel, a la salida de la casa del presidente Sebastián Piñera, tras una reunión a la que asistieron los timoneles de Chile Vamos. FOTO: RODRIGO GALVEZ

Desde La Moneda, el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, movía también sus piezas. Varias veces habló con el entonces presidente del Senado, Jaime Quintana, para ir acercando posiciones.

Blumel, incluso, citó la noche del martes 12 de noviembre, en medio de fuertes protestas callejeras, a los senadores Andrés Allamand, Felipe Kast y Víctor Pérez a una reunión en La Moneda para encomendarles, por instrucciones del Presidente Piñera, que negociaran con los dirigentes de la oposición el inicio de un proceso constituyente. A esa cita no pudo llegar Pérez, quien tuvo que devolverse a Valparaíso luego de que su automóvil quedara detenido en una barricada.

Pero no faltaron los problemas. La prensa se enteró de que se estaba organizando un encuentro entre los tres negociadores del oficialismo y los representantes de la ex Nueva Mayoría en la casa del senador Girardi, por lo que se tuvo que suspender. Y cuando quisieron retomarla en el departamento de Muñoz, algunos optaron por no asistir.

Aun así, las negociaciones ya no se detendrían. En la madrugada del jueves 15 de noviembre, tras una maratónica jornada, los senadores de gobierno y oposición, con la excepción del PC y parte del Frente Amplio, firmaron el acuerdo que abrió las puertas a un proceso constituyente. La vía institucional nuevamente estaba en marcha.

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