Edward Pearson vive hace 20 años en Santiago. Llegó desde Argentina trayendo consigo la marca imborrable de su ADN inglés. Este hombre, padre de tres hijos, es el nombre tras el prestigio de Grafikart, un estudio de artes gráficas desde donde surgen diseños, logos e imagen corporativa de distintas marcas nacionales. Basta leer la filosofía de su estudio para hacerse una idea de lo que significa el diseño para él: "El buen diseño recurre a las emociones, valida un estado de ánimo… En completo bienestar. Una boutique creativa que se fija en los detalles". Según esto, queda claro cómo Edward ve la vida y su quehacer profesional; es más, se entiende a cabalidad que sea su casa en La Dehesa el lugar desde donde parte todo. "Es mi laboratorio de prueba, cuando diseño algo, lo traigo para acá y voy viendo cómo se relaciona con el resto de los objetos".

Dormitorio.

Aquí se produce un contraste entre la arquitectura moderna y minimalista con elementos de gran valor sentimental, como el respaldo de cama, libros o antiguos baúles que sirven como veladores.

La personalidad de Edward es un reflejo de su casa, y viceversa. Cada una de sus palabras, sus gestos, el modo de moverse, de vestir -de arreglar las cosas mientras se involucra en la producción de fotos-, es parte del todo, tal como cada objeto y mueble que ocupan el lugar indicado en el living o los dormitorios; una selección precisa construida en base a búsquedas personales, herencias, algunos trabajos terminados y objetos que simplemente son recuerdos.

Especial importancia tiene aquello con una segunda vida gracias al reciclaje o lo que Edward trajo consigo a Chile. "El comedor lo encontré abandonado en un barrio de Buenos Aires y no dudé en recogerlo; la mesa de centro fue una viga de un techo de un clásico bar, y esos antiguos filtros de aceites circulares yo mismo los intervine con símbolos numéricos".

En el living se guardan elementos del recuerdo para esta familia, como una antigua mesa de campo, viejas cajas de madera que transportaban botellas de whisky desde Inglaterra y un cuadro del artista Cristián Abelli, uno de los primeros amigos que tuvo Edward cuando llegó a Chile.

Edward confiesa que su fascinación por encontrar objetos se realiza en visitas a anticuarios, ferias de las pulgas o en calles donde siempre encuentra algo. "Jamás entro a un mall, toda mi estética obedece a aquello que me hace vibrar y tiene resonancia en mí", confiesa. De esta manera, algunas obras de arte simplemente están en el suelo, afirmadas al muro, como las de la artista conceptual Alicia Villarreal. O la idea de incorporar un look más industrial y la presencia de un dibujo que hizo en el año 1987 como tributo a Pink Floyd, se convirtiera en una de las piezas artísticas más importantes de esta casa.

Inspiración

Decorar con aquello que motiva, que remece, hace que los lugares tengan vida propia.