Editorial
Semana del 12 al 19 de febrero de 2011.
Durante casi toda la primavera y parte del verano hemos tratado de mostrarles espacios y recorridos exteriores, salir de Santiago y contar un poco lo que está pasando afuera, porque nos interesan la calle y los barrios, ya que ahí es donde muchas cosas se van cocinando, de a poco, hasta que alguien las identifica y transforma en noticia o tendencia.
Este número no es la excepción, y mostramos dos situaciones bastante extremas entre sí.
Por un lado Matanzas, playa de la VI Región que se ha transformado en el destino obligado de los apasionados del winsurf. El descampado original ha visto el surgimiento de arquitectura chilena, contemporánea y, a mi manera de ver, bastante buena. Arquitectura que captura vistas, trabaja con el sol y las pendientes y no introduce una materialidad ajena al sector. Bien por los que lo han hecho posible, y un ejemplo que ojalá sirva de escuela para nuevas zonas que aún quedan por colonizar.
La segunda pata de la revista está más centrada en Santiago. Su polémico sistema de transporte a cuatro años de la implementación final, y una evaluación que enfrenta puntos de vista de expertos y usuarios. También hablamos de ciudad al mostrar el proyecto de arquitectura, paisajismo y arte urbano que alguna vez existió en la Unidad Vecinal Providencia, ubicada entre Carlos Antúnez, Antonio Varas y Marchant Pereira, similar a la Villa Portales. Poco queda hoy de aquello que fue pensado como una gran unidad, con interacción entre vecinos, espacios públicos de calidad y grandes murales que aportaban al todo. Lo más triste de esto es el desconocimiento de sus propios dueños que, en pos de modernizarlo, lo fueron cercenando hasta transformarlo en algo absolutamente irreconocible respecto del proyecto inicial.
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