Trabajar en un espacio bien logrado no solo es agradable, sino que mejora los niveles de productividad, disminuye las licencias médicas y aumenta las sinergias entre equipos. Algunas claves de esto son escritorios cómodos con suficiente espacio para computadores pero también para escribir a mano, apoyar libros o tener una minirreunión informal, ¡una buena silla! Es increíble ver cómo muchas empresas ahorran en este tema; es verdad que las buenas son más caras, pero entregan un soporte lumbar y al cuerpo en general, que las baratas por muy parecidas que sean no lo logran. Hace un tiempo cambié la del escritorio de mi casa por una Aeron de Herman Miller y mi cuerpo lo agradeció, tiene más ajustes de los que he logrado descifrar y puedo pasar horas en ella sin cansarme o resentirlo. El último factor: luz natural, por suerte hace ya un tiempo se está privilegiando que la mayor cantidad de gente en una planta libre tenga acceso a una ventana, moviendo las salas de reunión y otros espacios de uso esporádico al centro de la planta; por algo el concepto de ‘corner office’ en los 90 era el símbolo de haber llegado a lo más alto, oficina esquina con dos muros de ventanas e idealmente vistas despejadas, reservadas generalmente a una gerencia; hoy la distribución debería ser más democrática, y si el gerente no quiere ceder esos metros, por lo menos que los muros sean transparentes, de cristal, así más personas podrán disfrutar de la luz natural. Inevitablemente se me viene a la mente la escena final de “Secretaria ejecutiva”: la cámara haciendo zoom out, Melanie Griffith mirando por la ventana de su oficina, canción de Carly Simon... lo había logrado.

Y si hay alguien que lo ha logrado es Mega; fui a conocer las nuevas oficinas y después volví a fotografiarlas, y la energía se siente, es como si el rating fuera adrenalina y a todos les pega un poco. El proyecto se está haciendo por etapas en lo que antes fue Cristalerías Chile; aún le falta, pero están marcando nuevos estándares con lo que ya está hecho.