MADERA

En este caso, terraza y deck son una extensión natural de la arquitectura de la casa. Una prolongación que perpetúa el estilo arquitectónico en 115 m². Para mantener la madera exterior, en este caso se uso aceite de tung, un barniz 100% natural proveniente de las nueces del árbol del mismo nombre. Este aceite penetra en la madera y se endurece, formando una capa de gran resistencia al agua y la humedad.

EL ENCARGO FUE

construir un refugio de fin de semana de 60 m², integrado al entorno, con la mayor privacidad y máximo sentido de acogida que se pudiera lograr.  Sus dueños, un matrimonio de 42 y 32 años, respectivamente, confiaron este proyecto a dos amigos arquitectos, Klaus Matuschka y Orlando Etcheberrigaray (em-a.cl), quienes entendiendo las prioridades trazaron una construcción de dimensiones pequeñas y alejada de pretensiones, pero al mismo tiempo moderna y funcional.

El lugar escogido fue Casablanca, en la V Región, en un valle de quebradas donde la vegetación principalmente se define por quillayes, espinos, boldos y cactus. Son estas especies las que actualmente forman parte del paisajismo, porque aquí durante la construcción no se botó ningún árbol; por el contrario, el diseño se adaptó completamente al lugar y entorno.

Lo anterior llevó a levantar una arquitectura sobre pilotes que hace posar la casa en altura con vistas hacia los demás cerros, y en todo el acceso de entrada se incluyó una pasarela de madera negra de 40 m de largo que evita dañar el suelo.

Manteniendo la continuidad del espacio, todos los ambientes de esta casa de dos pisos se idearon conectados entre sí, por lo mismo no hay puertas, los espacios son abiertos como ocurre en el living, comedor, cocina y segundo piso. Otros lugares, como dormitorios y baños, buscan ser más independientes por medio de muros desplazables que dan privacidad cuando se requiere.

Esta es una casa sencilla, no solo por su estilo de líneas simples y volumen discreto, sino también por los materiales empleados: su base es una estructura de acero, mientras que en revestimientos la madera de pino fue la escogida, con una terminación albayalde en el interior y un tinte oscuro en el exterior. "La idea fue generar una casa económica, de condición natural y neutra frente al paisaje que rodea", explica uno de los arquitectos. Este mismo criterio se aplicó al interiorismo. Con pocos elementos decorativos, mucho diseño y muebles funcionales que no dejaran nada a la vista, los dueños buscaron objetos de tiendas que conocían, como The Popular Design, Maki, Sur Diseño y Metrocuadrado, y el resto del mobiliario fue ideado por ellos mismos en conjunto con un mueblista cercano.

Uno de los lugares que más se pensaron para aprovechar el exterior fue el sector de la piscina y terraza, que se extiende desde la misma casa hacia el terreno sobrante a través de un deck de madera. En total 15 m de largo conforman este espacio, con una piscina pintada de negro diseñada para nadar en 10 metros de largo. Todo este sector tiene además un agradable olor cítrico proveniente de un barniz natural de origen asiático llamado Tung, que cubre la madera del deck para protegerla de los distintos climas del año.

EN EL DORMITORIO PRINCIPAL se ideó un clóset detrás de la cama, que al mismo tiempo funciona como pared aislante y contiene una ventana alargada que permite el ingreso de luz natural. En cuanto a la decoración, aquí prevalecen cuadros, grabados y fotografías de artistas cercanos a los propietarios, como Rafael Pino, Marcelo Cáceres y Francisco Villaseñor.

EL LIVING, comedor y cocina forman un solo espacio, integrado al segundo piso, que también es abierto. Aquí se incorporó una enorme lámpara circular de la tienda The Popular Design, una mesa de comedor de madera de cedro y un sector de libros que conduce a subir la escalera metálica con gradas en volado.

Toda la arquitectura de esta casa se proyectó principalmente con madera de pino, sin embargo otras especies como mañío, raulí y bambú se consideraron para detalles en baños, pisos y muebles de cocina.