Gran formato
En un sector alejado de La Dehesa se levantó esta casa de la mano de las arquitectas María Fernanda Errázuriz y Claudia Ávila, quienes, desafiando la pronunciada pendiente del terreno, diseñaron una construcción en diferentes niveles que permite acoger a un integrante discapacitado de la familia, y amplias vistas hacia el valle y la cordillera.


El encargo de esta casa en La Dehesa fue el siguiente: "Queremos que nos sorprendan". Una frase desafiante y que para las arquitectas a cargo de este proyecto, María Fernanda Errázuriz y Claudia Ávila (errazuriz-avila.cl) significó un reto profesional pensando en los tres elementos más importantes a considerar según los propietarios: una arquitectura potente, un diseño acorde para un integrante de la familia discapacitado y un terreno con una pendiente pronunciada.
Bajo estas directrices trazaron lo que sería esta gran construcción de aleros, pasarelas y terrazas en distintos niveles, donde todos los espacios públicos están considerados en gran formato, algunos en doble altura llegando incluso a alcanzar los 8 metros, como el hall de entrada, hasta la propia decoración proyectada por Claudia Moreno, quien ideó un mobiliario acorde al extenso metraje de la casa.
Sin embargo, al recorrerla se van descubriendo otros ambientes, rincones, alturas diversas, que hablan de intimidad y de espacios que acogen a los integrantes de esta familia.
"Utilizamos la geometría del círculo para emplazar el proyecto y trabajar los desniveles exteriores con muros, jardineras y elementos curvos y, sobre un eje central, se desarrolló el proyecto con espacios abalconados, uso de luz cenital, escalas y revestimientos en base a materiales nobles", cuenta la arquitecta Fernanda Errázuriz.
cocina.
Fue diseñada por Xilofor en conjunto con las arquitectas, quienes privilegiaron muebles lacados de color rojo italiano, cristal pavonado con marcos de aluminio para las puertas, y una completa línea de electrodomésticos de Miele pensada para una familia aficionada a lo gastronómico.

Distribuida en tres planos horizontales y una fachada abierta al valle y la cordillera, en esta casa conviven variados materiales que revisten paredes, pisos y puertas, pasando a ser un elemento decorativo que surgió de la arquitectura.
Toda la iluminación fue encargada a Opendark, con el objetivo de elegir artefactos adecuados para cada ambiente en diseño, potencia y bajo consumo, iluminando en forma directa mediante nichos e indirecta a través de cenefas.
Maderas nativas de cedro, paquio y castaño, mármol travertino, hormigón visto y piedra musgo, son algunos de los materiales presentes, siendo estos dos últimos componentes los que adquieren mayor protagonismo al fusionarse en diferentes volúmenes, muebles en obra, un espejo de agua en volado y largas vigas sobre la terraza.
La ambientación interior, por otro lado, buscó generar más que nada comodidad y holgura, agrupar a numerosas personas y que estas permanecieran largos ratos en cada lugar, además de una perfecta mezcla entre lo moderno y clásico.
Como ocurre en el living y comedor, donde se dispusieron amplios sofás de un metro de profundidad, de diseño italiano, un mueble modular lacado que sirve de bar, jarrones de cristal de Murano y clásicas alfombras persas.

El uso del agua como elemento visual arquitectónico fue uno de los conceptos que integraron las arquitectas María Fernanda Errázuriz y Claudia Ávila. Una gran pileta suspendida y una piscina infinita que acentúa la geometría circular de la construcción, son elementos llamativos de esta casa en La Dehesa.
"La idea fue que, en base a la simplicidad, tanto obras de arte y elementos de color como jarrones, cojines y telas, tuvieran una importante presencia", dice la decoradora Claudia Moreno.
Así, en este lugar se reúnen esculturas de Javier Stitchkin, una lámpara de comedor de la tienda Helios y cuadros de artistas nacionales como Juan Cristóbal Abadie, Cocó Caballero y Mariana Herrera.
INSPIRACIÓN
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