Este es un diseño para todos los días. Con él, su creadora se adjudicó el Red Dot Design. Como todo lo que produce Jensen, la inspiración de esta pequeña obra de arte es ser dueña de un valor duradero, expresión de su época y de la vida misma. "Un buen diseño debe ser sencillo y funcional. Debe ser armonioso y estar bien concebido, pero además no puede ser solo 'una cosa', debe inspirar emociones, porque un buen diseño cuenta una historia", Maria Berntsen.

En Olika, la tienda de Alonso de Córdova que por suerte trae cosas preciosas del diseño nórdico, dicen que este termo es un hit. ¿Por qué? Porque al parecer el chileno al fin reconoce la gracia del buen diseño y que en este caso se justica por la tradición. Para empezar, George Jensen es una marca que lleva el nombre del hijo de una afilador de cuchillos, tijeras, etc., de un pequeño pueblo del norte de Copenhague. George nació en 1866 y aprendió el arte de la orfebrería, luego estudió formalmente en la Real Academia de Bellas Artes. Del estudio de la escultura pasó al trabajo en cerámica en distintos talleres, hasta que en 1904 abrió el propio. El art nouveau fue el lenguaje de sus piezas y con la delicadeza con la que combinó sus conocimientos de escultura y orfebrería, aplicándolas a objetos cotidianos, llamó la atención, la verdad fue un éxito, tanto que para 1920, abría puntos de venta en Nueva York, Londres, París, Estocolmo y Berlín. El fundador de esta casa de diseño murió en 1935, pero su tradición continúa hasta hoy, y lo más relevante es que su espíritu se mantiene, de hecho fue quien impulsó la colaboración de otros diseñadores desde un comienzo. Maria Berntsen, quien creó este termo, empezó su cooperación con Georg Jensen en 2000 y sus colecciones incluyen además una línea con el mismo nombre, pero de cuchillería y una serie de joyas.

Web: olika.cl/georgjensen.com