Pilar Morandé y Magdalena Beytía son amigas desde hace años. Las dos son ingenieras comerciales de la Adolfo Ibáñez y están vinculadas al mundo del diseño y la decoración. Magdalena es jefa de diseño en Foster y Pilar trabaja hace dos años y medio en Paris como product manager de decoración, navidad y menaje fino. "En la universidad nos hicimos muy amigas y la idea de irse de la casa siempre estuvo dando vueltas", dice Pilar. Cuentan que fue un domingo en plan de búsqueda, cuando abrieron el diario y apareció un anuncio seductor que cumplía con todo lo que ellas querían: un departamento antiguo, con piso de parqué, molduras y techos altos. "Llamé y fui la primera en ir a verlo, me planté una hora esperando para ser la primera, porque te juro que sabía que era", dice Magdalena.  "Me acuerdo que estaba almorzando con gente de la oficina y la Maida me llamó y me dijo: ¡Pili, lo encontramos!, suma Pilar. Efectivamente fue el único departamento que vieron y comenzaron a instalarse.

" Tenemos los papeles muy definidos; la casa la llevo yo, pago las cuentas, el arriendo y voy al supermercado. Elijo la fruta, verduras. La Maida en cambio es mucho más ordenada, ella se preocupa de que el departamento esté ordenado y yo más de que funcione, porque también me gusta cocinar", cuenta Pilar.

Hoy se autoproclaman amantes del barrio en el que viven -una parte residencial de Providencia- y de la vecindad que las rodea. "En este edificio son solo cuatro departamentos y se ha formado una especie de comunidad, somos todos amigos, tanto que con el departamento de abajo nos juntamos mucho, vemos películas, comemos, son nuestros amigos, nuestros partners. Además son muy generosos; como nosotras no tenemos terrazas, ni jardín, siempre parrillamos con ellos. El año pasado hasta nos dejaron instalar la pelopincho en su jardín", cuentan.

"Algunos muebles los mandamos a hacer o los compramos en Franklin. Lo entretenido es que cada una tiene su estilo, y eso se nota mucho en nuestras piezas", dicen Pilar y Magdalena.

La decoración ha sido la parte más entretenida para las dos porque les toca viajar mucho por sus trabajos. "Lo increíble de esto, es que la casa va teniendo historia, te acuerdas de los lugares en que has estado cuando miras las cosas, y además se genera una decoración muy variada, donde todo tiene un espacio", explican. De China, la India, cosas modernas y otras de época caben en este departamento, "por eso lo amamos, porque es 100% nacido del instinto y de lo que nos fue gustando en cada momento. Después todo eso tuvo que aprender a convivir en un solo espacio".

El living es el sector que más ocupan, es el espacio comunitario donde comen, escuchan música y toman desayuno. "Aparte, nosotras conversamos mucho, y a pesar de que cada una siempre anda full en sus propias cosas, casi siempre nos echamos en el living a copuchar".

Inspiración

De cada viaje un detalle que ha marcado el espíritu que tiene la decoración de este departamento de amigas.