Extravagancia, full onda y lo justo en espacio. Así, tal cual, es la nueva apuesta de Juan Santa Cruz. Ubicado a un costado de su famoso Casa Cruz, el Isabel se desliga de su antecesor con carácter propio. “Un amigo se había comprado la casa del lado de Casa Cruz y me invitó a verlo. Ahí él me dice: ¿Qué pondrías acá? Y yo le digo: Lógicamente un bar.

Me encantó el lugar por la altura de los techos. Entonces él me responde: bueno, entonces hagámoslo”, cuenta Juan. Y así partió Isabel. Lo entretenido es que para poder comprarse un cóctel debe hacerlo usando “Isabelinas”. ¿Qué es esto? Un sistema de fichas con las que, casi como un casino, puedes tomar alguna de las alternativas de la carta, elaborada con tragos clásicos del siglo XIX y XX. Una apuesta con tres bases que se anclan perfectamente: buena música, refinados drinks (como los llama Juan) y una comida liviana para ir acompañando el momento.

El mismo que vivimos sentados junto a Juan en una de las cinco mesas del lugar con un gran plato de ostras en frente. Y es que así lo pensó Santa Cruz cuando dijo ¿qué me falta en Buenos Aires? y empezó a crear cada detalle del Isabel, desde la carta, la decoración hasta llegar al servicio. “Esa es la gracia. Yo estoy detrás de todo, desde cómo te hablan los mozos, pasando por la cristalería y la decoración hasta el negocio en sí mismo”, explica. El resultado: un concepto global que decanta en una experiencia que dan ganas de repetir una y otra vez si se anda buscando buena música y todo el glam de la noche bonaerense.

• RTras la barra al estilo neoyorquino se levanta una pared de espejos que le da amplitud al lugar bajo un techo completamente repleto de focos para dar una sensación de infinito.
  Uriarte 1664, Buenos Aires. De 21 a 5 horas, de martes a domingo.