Sin apuro
Recién casados partieron a especializarse a Inglaterra. Un año de tregua para el joven matrimonio, sin la presión de armar la primera casa y con tiempo suficiente para entrenar el ojo, sacar ideas y concluir que entre tanta tendencia lo de ellos es la combinación de estilos, siempre dirigidos por lo clásico, por lo que perdura. Su flamante Ley Pereira lo grafica claramente.


Una casa completamente amoblada, otra de amigos estudiantes y profesores de otras nacionalidades, además de distintos países de Europa fue parte de la peregrinación de este joven matrimonio que conoció de cerca el estilo de vida europeo. Él historiador, ella médico, la pareja se encantó con su estadía, "porque más que casas eran hogares, donde se palpaba el cariño y la dedicación puesta en el armado de los espacios, donde las cosas no estaban ahí para ser vistas, sino para ser vividas o contar una historia", dicen.
Cuando volvieron a Chile se entusiasmaron con el estilo de las casas Ley Pereira. La que encontraron estaba muy descuidada, sin embargo como todas estas construcciones y por muy deterioradas que estén, la nobleza de sus espacios y materiales las hacen candidatas perfectas a ser remodeladas. Este fue su caso, el único problema mayor era que la cocina era muy chica y oscura, y el matrimonio es fanático de la cocina, por lo que la ampliación era algo seguro. Querían un espacio que no compitiera con el estilo de la casa y que de alguna manera les recordara los cálidos winter garden que se encuentran mucho en las casas inglesas. Renoarq se los diseñó. "La idea es que funcione como centro neurálgico de la reuniones sociales, poder cocinar sin dividir al grupo ni dejar de participar, un lugar luminoso y cálido para leer en invierno y también que fuese capaz de ampliar visualmente el espacio de trabajo cuando se quiere cocinar cosas de repostería o para un grupo grande", dice la dueña de casa.
"Allá llegamos a la conclusión que nos gustaban muchas cosas, pero sobre todo los hogares vividos, con historia. Y que más que algo monótono, nos interesaba mezclar y combinar cosas que no pasaran de moda y no nos aburrieran", cuentan.

Mientras arreglaban, cuentan que fueron en búsqueda de lo que les faltaba, recorrieron anticuarios, como el Parque de los Reyes, Av. Italia y otros en Buin. "Generalmente íbamos con una idea preconcebida, pero nos dejábamos encantar. Y siempre participamos los dos de todos las decisiones. De ahí sacamos los veladores, el mueble y la mesa del winter garden, la lámpara del comedor y el biombo que usamos de respaldo y que mandamos a tapizar en un género que trajimos de Nueva York. Las sillas del comedor de diario las encontré abandonadas en la casa de mis papás. Todo salió buscando e investigando", detalla la joven profesional.
Cuando les entregaron su primera casa lista para ser habitada, el matrimonio cuenta que fue como armar un puzzle, "además en el proceso de la mudanza, encontramos muchos regalos que se nos habían olvidado y que eran justo para ciertos espacios".
Siempre tuvieron en mente ampliar la cocina con un winter garden, porque les recuerda mucho el estilo de vida que llevaban cuando estudiaron en Inglaterra, compartir en un espacio donde se respira calor de hogar.
Inspiración
Rescatar la nobleza de los materiales de construcción infunde calidad a los espacios.
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