
Cómo Ucrania se convirtió en uno de los países más minados del mundo
Tras la invasión rusa en 2022, casi un tercio del territorio ucraniano quedó contaminado con minas y municiones sin detonar, amenazando la vida de millones de civiles y limitando la agricultura.

Ucrania se convirtió, según informes, en el país más minado del mundo tras la invasión a gran escala de Rusia en febrero de 2022. Las minas antipersonales se han utilizado regularmente en el país desde la invasión a gran escala de Rusia en 2022, y en menor medida desde 2014, cuando Moscú anexó Crimea. Más de un millón de minas y municiones sin detonar se han esparcido por el territorio ucraniano.
Al menos 359 personas ya han muerto a causa de estas minas, incluidos 18 niños, y alrededor de mil han resultado heridas, según datos oficiales del Servicio Estatal de Emergencias. Hubo un aumento notable en las víctimas civiles tras la retirada rusa de las provincias de Nikolaev, Kherson y Kharkiv a fines de 2022, cuando los civiles regresaron a sus casas, granjas y terrenos, destaca Amnistía Internacional.
Humanity & Inclusion, una ONG que trabaja en zonas de guerra y desastre, estimó en febrero de este año que cerca del 30% del territorio ucraniano tenía minas terrestres y municiones sin detonar esparcidas.

En junio pasado, el Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, firmó un decreto anunciando la retirada de Ucrania de la Convención de Ottawa de 1997 -que prohíbe las minas antipersonales- como respuesta directa al conflicto, ante el temor de una posible guerra europea de mayor envergadura en el futuro.
En junio pasado, el diario The Odessa Journal informó que la superficie terrestre en Ucrania contaminada con minas y otros artefactos explosivos alcanzó los 139.000 km², superando la superficie de Inglaterra (130.000 km²).
Más de 6 millones de personas viven en estas zonas peligrosas o cerca de ellas, y las tierras agrícolas de las regiones de Kharkiv, Sumy y Zaporiyia se encuentran entre las más afectadas, según datos del Instituto de Estudios Políticos Internacionales (ISPI).
Paul Heslop, director del Programa de Acción contra las Minas de la ONU en Ucrania, señaló que casi el 25% del territorio del país está contaminado, con una estimación de más de un millón de artefactos explosivos.

Las fuerzas rusas siguen sembrando minas durante las retiradas, y las zonas liberadas aún contienen grandes cantidades de municiones sin detonar: cohetes, granadas y proyectiles de artillería. Estas armas son controvertidas debido a su naturaleza de acción indiscriminada y su tendencia a matar y mutilar a civiles durante años o incluso décadas después del fin de una guerra.
Drones y minas en ciudades fronterizas
En el noreste, en Shostka, región de Sumy, a menos de 50 kilómetros de la frontera con Rusia, la gente vive bajo una doble amenaza: los ataques con drones Shahed y artillería pueden provocar una muerte inmediata, mientras que las minas dejadas después del bombardeo pueden hacerlo semanas o incluso años después.
“Hace unos días, 40 drones Shahed nos sobrevolaban. Ahora pueden lanzar minas, así que aunque nada explote de inmediato, siempre existe la posibilidad de que algo explote más tarde”, contó al diario The Guardian Yelyzaveta Kyseliova, de 21 años, residente de Shostka y especialista en explosivos.
Incluso antes de que Rusia comenzara a intensificar sus bombardeos este verano, Shostka y la región de Sumy en general acumulaban grandes cantidades de minas sin explotar y otros artefactos explosivos. En Sumy, esto significa que las carreteras en las que antes confiaban los aldeanos ya no pueden circular, los parques y bosques se han vuelto peligrosos, y los campos que antes alimentaban a las comunidades deben ser abandonados.

En Kherson, otra de las ciudades en la primera línea del frente, pero ubicada al sur del país, los expertos en desactivación de bombas de la policía destruyeron este martes minas antiinfantería rusas de alto poder explosivo (PFM-1 o Mina Pétalo de Flor) que fueron encontradas en una de las calles del distrito de Dniprovskyi, según informó la agencia estatal Ukrinform.
Según declaró la Policía Nacional de Ucrania, invasores rusos habían colocado a distancia minas antipersonal de tipo pétalo en una de las calles del distrito Dniprovskyi de Kherson. En esa ciudad, Liudmyla Kryvorotko vive con la pérdida de dos de sus hijos a causa de municiones sin explotar.
En el invierno de 2022, Kryvorotko y sus cuatro hijos abandonaron su pueblo, recientemente liberado pero aún bajo fuego ruso, para buscar refugio con familiares. Lo que no sabían era que, al salir, el Ejército ruso en retirada había utilizado minas y explosivos para convertir las carreteras civiles en trampas mortales. El auto de Kryvorotko detonó una de esas minas terrestres.
“Dos de mis hijos -mi hijo de 19 años y mi hija de 22- murieron en el acto. Perdí el conocimiento y mi hija menor resultó gravemente herida. Mi hijo de 14 años, Mykhailo, sufrió una conmoción cerebral, pero nos sacó del vehículo a rastras”, relató a The Guardian. Consiguieron caminar hasta el pueblo más cercano antes de ser rescatados por soldados ucranianos.

Kryvorotko tenía un pulmón perforado y costillas rotas, y su hija menor tuvo suerte de sobrevivir, con heridas en la cara y el pecho. Dos años después, dice, sus cuerpos aún están cubiertos de cicatrices. “No tenemos ningún lugar seguro adonde ir; todos los lugares han sido infectados por la guerra”.
El drama de los agricultores
Los rusos no solo atacan objetivos militares. También atacan granjas. La agricultura es fundamental en la cultura ucraniana, y eso es lo que intentan destruir, afirmó Mykola Mondrayev, de 55 años, al diario británico.
Las tierras agrícolas se encuentran entre las más afectadas: solo 24 millones de los 42 millones de hectáreas de Ucrania permanecen seguras, lo que supone un costo para la economía de más de 11.000 millones de dólares en pérdidas de exportaciones y productividad, según el portal ucraniano United24 Media. En ocasiones, los agricultores se arriesgan a desmalezar sus propios campos, lo que provoca más víctimas.
La primavera pasada fue dura para los agricultores, sobre todo en Kherson, pues las heladas durante una ola de frío en abril dañaron la mitad de los cultivos, y las lluvias que cayeron en gran parte del país no llegaron a las tierras.

Y había otro tipo de problema: “La semana pasada, un tractor pisó una mina y explotó”, declaró Oleksandr Hordiyenko, granjero del distrito de Berislavsky, a Noticias de Azov de RFE/RL. “Ese campo se ha cultivado desde el año pasado, pero aun así algo pasó, algo se removió”. El tractor explotó, pero todos sobrevivieron. Además, los drones vuelan y la gente muere. Por lo tanto, hoy la situación laboral en la región de Kherson es muy, muy difícil, declaró.
Limpieza de minas terrestres
Según la policía ucraniana, estas armas son extremadamente peligrosas para los lugareños, ya que pasan muy desapercibidas en el entorno. Estas minas pueden ser de color verde o marrón, por lo que son casi invisibles en la hierba, las hojas o la tierra. Se activan por presión. Para detonarlas, basta con pisarlas o conducir sobre ellas.
Se han registrado numerosos incidentes en los que las fuerzas rusas colocaron minas antipersonales en zonas residenciales de las provincias de Kherson y Kharkiv. Los desminadores que trabajan para limpiar Ucrania de esta amenaza realizan un trabajo minucioso y peligroso a diario, destaca la Amnistía Internacional (AI).
Si bien la magnitud del problema es innegablemente enorme, el mayor obstáculo para limpiar Ucrania de minas terrestres es la continua agresión de Rusia, declaró Patrick Thompson, investigador sobre Ucrania en la organización no gubernamental internacional centrada en los derechos humanos. “La comunidad internacional debe comprometerse a brindar asistencia financiera y técnica sostenida para ayudar a Ucrania a librarse de un peligro que sigue destruyendo vidas y medios de subsistencia”, instó.

Ucrania se ha comprometido a investigar el uso de minas antipersonales por parte de sus propias fuerzas.
“Los países deben mantener la prohibición del uso, la producción, el almacenamiento y la transferencia de minas antipersonales en todo el mundo. Debe cesar el uso de estas armas de efecto indiscriminado”, declaró Thompson a través de un comunicado.
Según el Ministerio de Medio Ambiente de Ucrania, la limpieza de las áreas prioritarias, incluidas las zonas protegidas, tomará aproximadamente 10 años y costará alrededor de 38 mil millones de dólares, mientras que el desminado total podría llevar cientos de años.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.
4.
Contenido exclusivo y análisis: suscríbete al periodismo que te ayuda a tomar mejores decisiones
Oferta Plan Digital$990/mes por 3 meses SUSCRÍBETE