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Con alto el fuego y rehenes liberados: Cómo Netanyahu busca ahora su redención política

De la mano de Donald Trump, y mirando las elecciones generales que deberían llegar en 2026, el Primer Ministro israelí intentará que los votantes olviden su responsabilidad por las fallas de seguridad en medio del ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023 y sus acusaciones de corrupción.

Benjamin Netanyahu es abucheado durante su último discurso en la Asamblea General de la ONU.

“Que le concedan el indulto”. En medio de su discurso triunfal en el Parlamento israelí, el Presidente estadounidense, Donald Trump, tuvo tiempo para referirse al juicio por presunta corrupción que enfrenta aún el primer ministro Benjamin Netanyahu, y que al parecer del inquilino de la Casa Blanca valdría la pena olvidar luego del acuerdo de paz con Hamas.

Entre muchos intereses y con muchas culpas a cargar frente a Israel y el mundo, “Bibi” está buscando sacar el mayor crédito político posible del alto el fuego en Gaza y la liberación de los 20 rehenes vivos que quedaban en manos de Hamas. Sin embargo, entre otras cosas, los israelíes también recuerdan que el mismo ataque del 7 de octubre de 2023, aquel que empezó la guerra, fue un fracaso de seguridad y una responsabilidad que carga el líder del Ejecutivo.

Ahora, en un extraño equilibrio, Netanyahu tiene que lidiar con una extrema derecha que quiere continuar la guerra y una comunidad internacional que pide justicia por lo que un comité independiente de la ONU denominó “genocidio” en Gaza, como recientemente solicitó el Presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez.

Benjamin Netanyahu, el Primer Ministro de Israel. Foto: Archivo GPO Israel

Ya de antes del 7 de octubre Netanyahu estaba en problemas, con juicios por presunta corrupción, aceptación de sobornos y fraude, entre los que se encontraban regalos por parte de dos empresarios millonarios, que fueron recibidos durante años. Precisamente en referencia a este mismo caso, Donald Trump aseguró: “Unos puros y un poco de champaña. ¿A quién demonios le importa?”. Esto, luego de pedir al Presidente israelí, Isaac Herzog, que le concediera el perdón al Primer Ministro.

Otro frente que complicó a Netanyahu fue la Plaza de los Rehenes: las familias de los israelíes secuestrados por Hamas, que ya acusaban al Primer Ministro de alargar la guerra en Gaza sin necesidad, solo por supervivencia política. En diciembre pasado, Yair Lapid, el líder de la oposición, le enrostraba esto último a Netanyahu, acusando que en la extrema derecha de su gobierno lo presionaban para mantener el asalto al enclave palestino: “Netanyahu no está dispuesto a pagar el precio político de traer de vuelta a todos los rehenes”.

Luego de meses alejándose de la mesa de negociaciones, finalmente fue la influencia de Donald Trump la que presionó a Netanyahu, luego de que el primero se indignara con un ataque israelí contra Hamas en Doha, Qatar. En la Casa Blanca, Trump lo presionó para aceptar el plan de 20 puntos, y de pasó, ofrecer disculpas a Qatar, en una imagen que fue publicada en las redes sociales del gobierno norteamericano.

Al respecto, el mismo Trump señaló ante la prensa: “No se puede luchar contra el mundo... Se lo dije a Bibi. Ha llegado el momento”, refiriéndose no solo a Hamas, sino a la comunidad internacional, en momentos en que varios líderes acusan a Netanyahu de “genocidio” por la muerte de más 67 mil palestinos en dos años. En noviembre pasado, la Corte Penal Internacional ordenó el arresto del premier israelí por crímenes de guerra y de lesa humanidad.

La Casa Blanca difunde fotografías que muestran el momento en que Netanyahu pidió disculpas a Qatar.

Ahora, con los rehenes liberados, Netanyahu comienza a intentar vender el alto el fuego como “uno de nuestros grandes logros”. Desde CNN apuntan a razones electorales para terminar con el conflicto: una fuente israelí habría comentado al medio norteamericano que “hace varios meses Netanyahu se dio cuenta de que la guerra se había convertido en una carga, y no quería ir a elecciones con rehenes aún cautivos, sirviendo como recordatorio diario del fracaso del 7 de octubre”.

El desafío principal sigue siendo alejar el fantasma del 7 de octubre de su figura, lo que representa todo un desafío considerando que es el día más mortífero de la historia de Israel: 1.200 muertes y 250 secuestrados en Gaza. “Hace dos años Netanyahu parecía estar políticamente acabado, dado el fracaso catastrófico ocurrido bajo su mandato. La mayoría de los israelíes apoyaban su dimisión, mientras que las protestas semanales pedían elecciones”, apunta CNN.

Ahora, con la ayuda de Trump, Netanyahu parece encontrar una narrativa para su redención. Al menos durante estas semanas, los diarios ya no hablarán de las bajas en Gaza, ni las fuerzas agotadas ni el creciente aislamiento internacional que golpeaba al país. Y encima, el alto el fuego es particularmente popular, con sondeos que daban entre un 60% y 70% de apoyo a la tregua entre los ciudadanos de Israel.

En una entrevista reciente, el mismo Trump contó a Fox News: “Bibi me dijo: no lo puedo creer. Ahora todos me quieren. Más importante aun, están volviendo a amar a Israel”. Desde luego, el primer promotor de Netanyahu esta semana ha venido siendo el Presidente norteamericano, que declaró ante la Knesset este lunes: “Resulta que me gusta este hombre... ha sido uno de los mejores presidentes en tiempos de guerra. Es usted muy popular. ¿Sabe por qué? Porque sabe cómo ganar”.

La Casa Blanca difunde fotografías que muestran el momento en que Netanyahu pidió disculpas a Qatar.

De momento, “Bibi” está de racha y se afirma en el poder, muy a diferencia de sus predecesores cuando hubo graves fallos de seguridad, como fue el caso de Golda Meir, Menachem Begin y Ehud Olmert. “Quiere que la gente se olvide del 7 de octubre y su intención es acumular más logros” antes de nuevas elecciones, afirmó al Financial Times Tal Schneider, veterano corresponsal político y diplomático israelí.

Desde entonces hasta ahora Netanyahu puede reclamar una serie de éxitos contra los enemigos vecinos, tanto contra Hamas en Gaza como con Hezbolá en Líbano y contra Irán. Asimismo, ciertos Estados árabes y musulmanes comienzan a buscar la normalización de las relaciones con el país hebreo: desde Mauritania hasta Arabia Saudita e Indonesia.

“Está en racha”, dijo una persona afín al gobierno israelí citada por el Financial Times, refiriéndose a Netanyahu.

“Los detalles de la segunda etapa del acuerdo de Gaza serán cruciales”, declaró un exasesor de Netanyahu. “No es perfecto, pero el 7 de octubre ocurrió bajo su mandato, así que tiene que aferrarse a lo que pueda”, añadió, señalando a su mejor ventaja política: Donald Trump.

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