
Trump intensifica las represalias contra sus enemigos políticos: Exdirector de la FBI es imputado por “falsas declaraciones”
Los expertos indican que Estados Unidos enfrenta un “punto de inflexión” de la deriva autoritaria del presidente republicano, que ha politizado la Justicia para perseguir a quienes se han puesto en su camino.

En aquel entonces la “bestia negra” de Donald Trump, el ahora exdirector de la FBI, James Comey, tiene hoy de qué preocuparse, luego de que la justicia abriera un caso contra él por “falsas declaraciones” y obstáculo a la justicia. Esto, poco después de que el presidente estadounidense llamara a perseguir a sus adversarios políticos.
“¡JUSTICIA EN AMÉRICA!”, escribió rápidamente Trump en su red social Truth Social, reaccionando a la apertura de la investigación. Asimismo, se refirió al exjefe de la policía federal estadounidense como “uno de los peores seres humanos que este país haya conocido”.
Al respecto, en CNN aseguran: “Después de poner a prueba periódicamente las barreras de la democracia estadounidense durante su segundo mandato, el presidente Donald Trump ahora las está rompiendo a un ritmo vertiginoso”.

Este jueves, desde el Departamento de Justicia presentaron una acusación contra James Comey, en la que fue acusado de obstrucción de un procedimiento del Congreso y de prestar declaración falsa. Este caso se remonta a la investigación de Comey sobre la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016, y lo que se espera definir es si hizo declaraciones falsas durante su testimonio en el Capitolio.
Ya en 2017, a causa de este mismo tema, Trump había despedido a Comey, que buscaba los presuntos vínculos de su campaña con Rusia. Asesores de Trump, incluido el entonces vicepresidente Mike Pence, declararon públicamente que Trump actuó solo tras recibir la recomendación del entonces subsecretario de Justicia Rod Rosenstein de cesar a Comey.
En ese sentido, la acusación es vista como una venganza personal de Trump, pero también como una advertencia para el futuro. El exabogado de la Casa Blanca de Trump, Ty Cobb, aseguró a CNN que este jueves por la noche fue un “día trágico” y calificó la acusación contra Comey como un “enjuiciamiento claramente vengativo” y “selectivo”.
“La forma en que lo implementaron es problemática para todo el país. Esto representa el fin del Estado de derecho en Estados Unidos o el punto de inflexión contra las actividades autoritarias que hemos visto por parte de este presidente y su secretaria de Justicia”, comentó el abogado.

Este caso de alto perfil no viene solo, y Trump ya viene tomando medidas rápidas y drásticas para eliminar cualquier obstáculo dentro de su gobierno, además de imponer lealtad y sofocar la posibilidad de disenso público.
Hace unos pocos días, Donald Trump instó públicamente a la fiscal general Pam Bondi a procesar a varios de sus oponentes políticos. Esto, con el argumento de que se estaba demorando demasiado. También se jactó de haber despedido a un fiscal federal que se había negado a procesar a James Comey y a la fiscal general del estado de Nueva York, Letitia James, otra de las bestias negras del presidente estadounidense.
A finales del mes pasado, también aseguró que el inversor y filántropo George Soros y su hijo deberían enfrentar cargos penales, y afirmó ahora que “investigaría a Soros”. Este jueves, el diario The New York Times informó que desde el Departamento de Justicia ya ordenaron a los fiscales elaborar planes para investigar al multimillonario.
El memorando emitido por el Departamento, incluso, enumera “posibles cargos” que podrían utilizarse, y la misma fiscal general Pam Bondi, en la Oficina Oval, aseguró que “todo está sobre la mesa en este momento”. Ahí, Trump indicó que Soros era un “candidato probable” en los planes de investigación.

En una entrevista reciente, Comey reaccionó a esta investigación, asegurando: “no tengo miedo”. A esto añadió que “el miedo era el arma de los tiranos”, pero que él se sabía inocente, por lo cual no tenía problema con ir a un juicio. En un video de Instagram, por su parte, afirmó: “Mi familia y yo sabemos desde hace años el precio de oponerse a Donald Trump. No viviremos de rodillas, y ustedes tampoco deberían hacerlo. Tengo fe en el sistema de justicia federal y soy inocente. Así que vayan a juicio y mantengan la fe”.
Al respecto, The New York Times indica que “la forma más esclarecedora de comprender el carácter extraordinario de esta acusación a Comey es seguir los hechos”. “Una fiscal inexperta, leal al presidente Donald Trump y con menos de una semana en el cargo, fue quien presentó cargos penales contra uno de los adversarios más acérrimos de su jefe. Actuó no solo siguiendo sus órdenes directas, sino también en contra del consejo de sus propios subordinados y de su predecesor, quien acababa de ser despedido por advertir que las pruebas eran insuficientes para justificar una acusación”, escribe el diario neoyorquino.
La decisión, tomada bajo presión, viola la larga tradición de la institución de mantener distancia de la Casa Blanca y resistirse a la interferencia política, lo que aumenta el temor de nuevos procesos arbitrarios por parte de Donald Trump contra sus enemigos.
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