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22 razones personales para querer este país

Con la excusa de las Fiestas Patrias, actores, chefs, deportistas, músicos y un largo etcétera explican por qué vale la pena vivir hoy en Chile, y de paso van mostrando algunos de los rasgos que nos definen actualmente.

1.- Marcelo Cicali: "Porque hoy podemos participar del cambio hacia el Chile que queremos"

Cicali sabe más de sociabilidad chilena que muchos sociólogos. Desde sus bares Liguria -que hoy son tres más uno en construcción- ha sido testigo de la forma en que muchos santiaguinos salen, conversan, se ríen, se emparejan, pelean y pasan las penas.  Pero en el año 90 estuvo a punto de irse, a París. Estaba desencantado y ya tenía el pasaje en la mano, pero se arrepintió y se quedó haciendo un bar. "Me sentiría muy huérfano si no estuviera mirando el mar cada cierto rato, la cordillera, los verdes. Tengo una conexión con la gente y me gustan los chilenos.

¿Por qué le gusta como somos los chilenos? 

Porque somos muy simples. Me gusta que todavía te inviten a comer a la casa. Que todavía te presentan a los papás. Aunque ya estoy más viejo aun hay gente que me presenta a sus padres. Tenemos algo de provincia y campo.

¿Por que cree que hay que estar en Chile hoy?

Porque podemos participar del cambio hacia el Chile que queremos, o el que yo quiero. Antes no me pasó eso. No en los noventa y para qué decir en la dictadura… Hoy el chileno está más curioso y la curiosidad es un gran acelerador de transformaciones.

Al mismo tiempo que piensa en cambios y transformaciones, Cicali tiene un afán rescatista del patrimonio, de la comida chilena y de tradiciones que él explica que la dictadura cortó o inhibió. Para él, la cueca, el folclor, la cocina popular y el pebre no son cosa del 18, sino que de cada día. "Yo tengo fonda todo el año", dice. "Una vez vino un amigo de Café Tacuba y le llamó la atención esto de la 'semana de la chilenidad'. Se preguntaba qué eran las semanas del resto del año. Es una gran pregunta. Nosotros queremos ser chilenos todo el año" y agrega que no se trata de ser chovinista: "Se trata de querer a nuestros poetas, comidas, autores, cantantes, paisajes y etnias. El chileno cuando va a España baila flamenco, come gallito, toma sangría, vuelve a Chile y dice: 'la cueca es ordinaria, no me hables de guatitas y no tomo borgoña', cuando es exactamente lo mismo. Pero eso está cambiando, con gente que tiene mente más abierta, que nació en democracia. El chileno quiere comer chileno, quiere escuchar folclor porque folclor también es Manuel García y no sólo es un grupo de cuatro huasos con manta de Doñihue. Lo que ha pasado con Parra ha sido muy lindo".

¿Qué recomendaría para este 18? 

Ir a las fondas, estés donde estés. Anda a esa celebración única y mágica donde la comunidad se encuentra. Nos cuesta tanto vernos las caras porque hace 25 años nos estamos mirando los bolsos y lo que nos compramos, la ropa, el auto, dónde estudiaste, qué doctorado hiciste. Aparte del asado en la casa, y la empanada, sal a ver a tu comunidad.

2.- Carolina "Crespa" Rodríguez: "Porque somos de piel"

Carolina "Crespa" Rodríguez  es doble campeona mundial de boxeo. Hace un mes retuvo el título mundial de la categoría peso gallo la Federación Internacional de Boxeo ante un Polideportivo del Estadio Nacional repleto. Pero le costó llegar hasta ahí.

Usted ha tenido todos los males de este país: sobrepeso infantil, violencia en el barrio donde creció y deudas. ¿Es Chile un lugar amable para vivir?

Sí. Vengo de una familia de escasos recursos que salió adelante gracias al trabajo, y no critico a Chile por eso. Independientemente de todas las falencias, creo que tenemos un buen país. Si hubiera seguido estudiando para contadora quizás tendría un sueldo de 500 o 600 lucas y estaría más tranquila, pero me enamoré del deporte.

¿Por qué no aceptó la oferta de nacionalizarse en Argentina, donde su deporte está más desarrollado? 

Ellos me daban todo el apoyo económico en un momento donde me faltaban las lucas. La tentación estaba, pero echaba de menos todo, mi familia, mis amigos, mi barrio. A los cuatro meses lo único que quería era venirme. La muerte de mi hermano -asesinado cuando ella tenía 15 años- me enseñó que hoy me levanto y tal vez no llegue a mi casa en la noche. Acá veo a mi vieja todos los días y a mis hermanos todos los fines de semana. Cuesta más el deporte pero el entorno lo vale.

¿Cree que eso es amor por Chile?

Sí, amo a Chile. Siempre que viajo extraño mi país. Echo de menos el grito de ventana a ventana de mi vecina del frente, la María. Me gusta salir a la calle, echar la talla, escuchar los típicos garabatos chilenos. Me gusta el roto chileno, cuando la gente se echa sus chuchadas. También me gusta la marraqueta con mantequilla en la mañana o el pebre al almuerzo y me prende mucho escuchar la cueca.

Parece que lo que más le gusta es la vida de barrio. 

Sí. Me gustan los chilenos porque son de piel. Acá tú puedes saber cómo es la gente a través de un abrazo. Viví en Tailandia y veía que los pololos no andaban de la mano o que los papás no se despedían con un beso de sus hijos cuando los dejaban en el colegio. Acá somos sociables y muy cariñosos y si no tengo eso, lo extraño.

Entonces, ahora que es una celebridad está en su salsa.

Es rico sentir el cariño. El otro día fui al centro y entre Moneda y Agustinas me demoré una hora y media con tantos abrazos, fotos y abuelitas me daban bendiciones. Me tomaban las manos y me decían: "Qué Dios se las bendiga".

A esas abuelitas no les debe gustar el boxeo.

Puede ser. Pero se sienten identificadas conmigo porque ha salido mucho lo que me costó llegar a donde estoy ahora.

3.- Pedro Cayuqueo: "Por su cultura popular" 

"¿Si quiero a Chile?". El periodista y escritor mapuche Pedro Cayuqueo lo piensa. No quiere declararse a la primera, tan fácilmente. "Siento que no estoy enamorado de Chile", lanza y describe la relación con el país donde vive como "un pololeo disfuncional". "Chile es como una polola que no nos pesca mucho y somos víctimas de maltrato en el pololeo con Chile, pero como los mapuches sabemos apreciar lo intercultural, le hacemos ojitos, lo esperamos y Chile de repente nos quiere y de repente nos da palos. Es un poco bipolar".

Pese a que, según dice, el país hace muy pocos esfuerzos para que los mapuches lo quieran porque no reconoce su morenidad y sigue con la fantasía de creerse "blanco y europeo", Cayuqueo vive las fiestas dieciocheras como un chileno cualquiera, sin complejos. "Me gusta la cultura popular chilena. Las Fiestas Patrias, la cultura de cantina, la cueca chora. La bohemia popular vinculada a Fiestas Patrias me gusta mucho".

¿Cómo participa en Fiestas Patrias?

Me sumo a todas las fiestas. Me gusta ir a las ramadas más populares que se hacen en la isla Cautín o llevo a mi hija a las ramadas de la SOFO (Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco) que tienen juegos infantiles. Ahí también hacen una fonda mapuche donde se puede probar comida propia de nuestra cultura y a la que le va bastante bien. La gente mapuche celebra sin mayor remordimiento las Fiestas Patrias, tal como pueden celebrar ceremonias propias. Mi madre, por ejemplo, que es muy mapuche, cocina empanadas, anticuchos y hace asados en la casa. El lema familiar es: si no puedes contra ellos, súmate.

Cayuqueo piensa que mientras más fiestas haya, mejor. "Siempre les digo a mis amigos más bohemios que si Chile nos reconociera como pueblo y nuestras fechas simbólicas fueran feriados, nos pasaríamos carreteando todo el año. Tendríamos más fiestas y seríamos una sociedad más feliz, respetuosa e intercultural. De partida, ¡tendríamos dos años nuevos al año, en junio y a fin de año!".

Pese a que hoy el pololeo es disfuncional, el autor de Esa ruca llamada Chile dice que hay un cambio cultural en marcha y que la relación, en el futuro, debería mejorar. Mientras, él surfea arriba de la ola porque el tema mapuche está de moda. "Sé que me llaman de programas porque soy el mapuche que habla de corrido y que escribe libros, pero yo quisiera que esto no fuera tema y que Chile tuviera asumida la diversidad étnica. Ese es el Chile más querible que me imagino. Con ese Chile yo me voy a la cama altiro".

4.- Fernanda Urrejola: "Porque hay directores jóvenes que están haciendo la diferencia"

Si piensa en Chile, la actriz y protagonista de la teleserie de Chipe libre  automáticamente se traslada a la playa o recorre los paisajes de decenas de pueblos pequeños que, para ella, tienen un espíritu único. Por lo mismo, cree que todo chileno debiera animarse a salir de los sitios más típicos y recorrer, conocer lugares distintos y pueblos perdidos.

¿Qué cosas le gustan del Chile de hoy?

Me encanta la atención que el cine chileno está teniendo en los festivales internacionales. Hay directores jóvenes que están marcando la diferencia. Hasta hace pocos años el cine argentino y mexicano tenían la supremacía absoluta de este tipo de certámenes. Hoy ya no es así, lo que significa una tremenda oportunidad para nosotros, los actores. Ver triunfar a la Paulina García de la mano de Sebastián Lelio es un gran ejemplo de las cosas que se están haciendo: proyectos con mucha sensibilidad y visiones humanas que conmueven a un público transversal.

5.- Rodolfo Guzmán: "Porque somos multimillonarios a nivel gastronómico"

"Me fascina todo lo que está pasando con nuestra gastronomía. Hemos tenido un desarrollo impensado hace ocho años. Estamos orgullosos del producto chileno, lo estamos transformando en protagonista y los cocineros están tomando conciencia de lo que tienen alrededor, de lo que significa una empanada de changles. Creo que en cinco años más podemos ser el nuevo destino gastronómico de la región", dice el cocinero estrella del momento, dueño del Boragó, que fue calificado como uno de los cinco restaurantes más importantes de América Latina.

¿Qué cambió?

Nos estamos dando cuenta de que hay que dejar de mirar afuera para preparar foei gras y ver los tomates de Limache o los digüeñes y dándonos cuenta de lo satisfactorio que es sentirse orgulloso de lo nuestro. La sociedad está cambiando a un ritmo impresionante y por lo mismo es importante que no nos perdamos en la conexión con quienes somos; nuestros pueblos originarios tienen un patrimonio inconmensurable, somos casi el único país en el mundo donde la comida silvestre es parte de nuestra gastronomía, parte de nuestras recetas.

¿Chile es un país para ser un gran chef?

Eso no es lo sustancial. Lo que realmente importa es que somos multimillonarios a nivel gastronómico y podemos ser la punta de lanza de este tema en Latinoamérica. Ojalá que todos los cocineros hagan cocina endémica, ojalá entendamos que el que las frutillas blancas se den sólo tres veces al año no es una desventaja, sino que una oportunidad para desarrollar el turismo alrededor de ellas. Y todo esto sin preocuparnos de cómo y cuánto cocina el de al lado; hay que dejar de compararse y preocuparse del propio desarrollo, descubrir todo lo que hay alrededor, porque somos unos felices ignorantes.

6.- Jorge Navarrete: "Porque adoro la piscola"

El abogado y analista político, que a veces critica ácidamente la situación política chilena, dice que adora este país "admirando sus grandezas y también avergonzándome de sus miserias".

¿En qué se traduce esa sensación de pertenencia?

En una relación parecida a la que uno tiene con sus padres: de contención y gratificación y de resistencia y rebeldía. Es mi hogar, lo que conozco y manejo, donde me siento seguro. A veces lo critico en forma despiadada, pero resiento cuando lo hacen quienes no son miembros de la familia.

¿Qué cosas le gustan de este país en general?

Me emociona la resiliencia de mi pueblo, me sorprende la sabiduría callejera, me divierte su sentido del humor, me encanta tener las cuatro estaciones… y adoro el combinado nacional 35 negro, es decir, la piscola.

¿Qué le gusta del Chile de hoy?

La valoración de la diversidad y el pluralismo, la cultura del respeto mutuo y la dignidad de las personas. Me encanta la literatura chilena, especialmente la prosa urbana y popular, pero también me sorprende y cautiva el coa, no tanto como expresión del lenguaje del hampa sino más vinculado a los códigos de un clan o comunidad. Lo que no entiendo, es la cultura del manotazo, del "cachamal" o del golpe afectuoso.

¿Cómo definiría la identidad chilena?

Como lo hizo maravillosamente Gabriela Mistral: "Chile, o la voluntad de ser".

7.- Ennio Vivaldi: "Porque aquí no está todo hecho"

El rector de la Universidad de Chile se toma muy en serio la pregunta y piensa varios minutos antes de contestar: "Este no es un país naturalmente poderoso, que tenga un gran avance industrial, no es país afluente, como Estados Unidos o los de Europa".

¿Eso le gusta? 

Me gusta que no esté todo hecho. Porque es un país que se está haciendo, no está todo dado. Eso está en la base de un espíritu solidario que existe en Chile y genera una lealtad y le da sentido a estar aquí, precisamente porque hay que pelearla para que haya más gente con derecho a la salud, a la educación y vivienda. Hay otros lugares en que parece que la historia ya fue escrita. Aquí todavía tienes que solucionar problemas fundamentales y hay que dar peleas muy bonitas que tienen que ver con la dignidad humana.

¿Qué cosas disfruta en Chile?

Que está en juego pensar el país con un grado de libertad que no encuentras en muchas partes y que es algo  que no se daba hace mucho tiempo.

¿Es un buen lugar para vivir hoy? 

Por supuesto que sí. ¿Dónde puedes ir en el mismo día a la nieve y al mar? Es un buen lugar y va a mejorar en la medida en que nos atrevamos a ser más osados, nos abramos al debate. Lo que nos mató fue este periodo en que estaba todo sobre determinado, pero se está acabando y va a haber un país más dialogante, con sentido de futuro común. La idea de estar construyendo algo nuevo nos va a hacer bien a todos. Los debates en educación van en esa línea. Es un país muy atractivo.

8.- Gepe: "Por su pueblo"

Mientras prepara el concierto "Gepe y amigos", el 11 de octubre en el teatro Caupolicán, el músico explica que donde encuentra "menos trabas para querer a Chile es en su pueblo".

¿Qué es lo que más le gusta de los chilenos?      

Algo muy bonito que se ve en la canción más tradicional del folclor chileno. Sus letras, si se comparan con las de la tonada argentina, colombiana o peruana, son muy fragmentadas y no cuentan nunca una historia. En ese sentido somos muchos más constreñidos emocionalmente. Esos rasgos están en la mayoría de nosotros, parecemos introvertidos pero en el fondo no lo somos. Los chistes también son así: cortos, rápidos y para que ojalá no se noten. Hablamos para que no nos escuchen mucho, ese como murmullo constante es muy chileno.

¿En ese sentido nuestra música representa nuestros anhelos?

Sí, aunque siento que para los chilenos en general los anhelos son algo medio nostálgico. Nunca tienen un futuro por hacer sino siempre es una cosa medio incompleta. Por eso la música chilena en general es triste, oscura o nostálgica. O sea, Violeta Parra muchas veces es un llanto.

¿Qué disco crees que ha logrado reflejar esa esencia?

Probablemente La espada & la pared, de Los Tres, muestra mucho del Santiago del 95 y de cómo era la gente. Ahora más como radiografía general, están las últimas composiciones de la Violeta, el problema es que ella es demasiado genial para estar en la media del chileno pero rescató muchas cosas que son superreales.

9.- Daniel Muñoz: "Porque la gente tiene un sentido del humor único"

El actor que nació en San Fernando también ha hecho una carrera musical como cantante de cueca brava: "Es lo que más me gusta de Chile porque es muy original y una de las cosas que me mantiene arraigado aquí".

¿Por qué le gusta tanto la cueca? 

Los que realmente la conocen saben que se pueden aprender muchas cosas en la cueca: la historia de Chile, la filosofía del pueblo está ahí. Porque no es folclor, es música popular. Es la esencia misma del chileno.

¿Cuál es la diferencia entre cueca y folclor? 

El folclor son las tradiciones que clasifican y conservan los estudiosos, lo popular es algo que el pueblo adopta e incorpora, y le va poniendo su sello. Una cosa que me gusta mucho de nuestra cultura es cómo el chileno se apodera de la comida o tradiciones de otras partes y las transforma y las hace suya, como chileniza todo. Eso también pasó con la cueca.

Con sus grupos de música popular -con el cual se presenta hoy y mañana en el Teatro Municipal de Las Condes- ha recorrido Chile. "Así he podido conocer la riqueza de tradiciones que tenemos… Es que el chileno es muy fiestero", contexto en el que también aparece otro rasgo que admira: la capacidad que tiene la gente de reírse, siempre.

¿Por qué destaca el sentido del humor nacional?    

Porque es único. Eso de reírse de la tragedia. Tú vas a un velorio y a los cuatro minutos se están riendo. Tiene que ver con el sentido trágico también. Somos un país de terremotos, maremotos, con una geografía muy especial. Para muchos puede ser humor negro, pero es lo que mantiene a Chile en pie. Reírse de la tragedia en su cara es muy de roto chileno.

¿Cómo es para una persona como usted vivir aquí? 

Santiago puede ser bastante pesado y difícil. Pero también Chile es un lugar donde hay muchas cosas por hacer y eso hace estimulante quedarse. En mi rubro en el arte, la actuación, el teatro y también en el cine está empezando a haber mucho movimiento. Hay un renacimiento de la música popular. Políticamente también queda mucho por hacer: no me gusta este sistema que tenemos y hay que inventar algo nuevo.

10.- Karol Cariola: "Porque tiene mucha pachorra"

Su abuelo materno era obrero de la construcción y de chica Karol Cariola, hoy médico obstetra y diputada, ponía atención a sus historias. "Me decía que Chile es un país muy hermoso, pero donde el esfuerzo de los trabajadores no tenía una retribución justa", cuenta. Ese diagnóstico no ha cambiado demasiado, pero la diputada por Recoleta e Independencia cree que hoy Chile es distinto al de su abuelo. "Es un país más despierto, menos golpeado, con menos temor a decir las cosas y a salir adelante. Chile mira con esperanza las transformaciones que vienen y que hemos esperado durante mucho tiempo".

Por eso le gusta este país, "porque tiene mucha pachorra y resistencia. A pesar de todas las dificultades y el miedo, nuestro pueblo ha tenido la capacidad de reinventarse y de volver a creer", dice y ejemplifica con las manifestaciones estudiantiles de 2011, donde estudiantes, trabajadores y dueñas de casa salieron a la calle.

¿Qué más le gusta de este país?

Que tiene mucha historia y  mucho que decirle al mundo. He estado en distintos lugares donde se reconoce a Chile como un país que tiene mucho que decir sobre qué hacer y no hacer.

Usted es fanática de la música. ¿Qué canción nos retrata mejor?

Víctor Jara escribió varias canciones que representan una parte de Chile. En Las casitas del barrio alto fue muy enfático para mostrar la desigualdad en que vivíamos. Y en Qué lindo es ser voluntario tenía una mirada más positiva, mostraba a un país que sabe solidarizar y levantarse.

11.- Marcelo Mellado: "Porque el cuiquerío está copiando la cultura popular"

El escritor y columnista se define como un "odiador estratégico de la cultura chilena",  pero reconoce que a través de su experiencia como agricultor y profesor de castellano en Chiloé, San Antonio y Valparaíso ha dado con una razón para amar este país. "Su capacidad de improvisación", dice y luego agrega: "Acá nada se hace sin ella. Es una escuela, una fórmula de sobrevivencia".

 Usted fue profesor, ¿qué rol juega la improvisación en ese trabajo?

Se ocupa mucho. Ahí haces una planificación, pero llueve y se cortan los caminos o ese día no hay clases porque se inundó de caca la sala  -cosas que a mí me pasaban- y tienes que inventar algo. Ser profesor me dio un hándicap fundamental para el trabajo de la improvisación.

¿En qué cosas se le nota eso?

Por ejemplo, en términos domésticos, yo siempre ando con una cortapluma Opinel que es clave porque, como en este país nadie tiene cuchillos buenos, soy el que mejora los asados. También ando con otra cortapluma, porque aquí nunca tienen para descorchar botellas. Con cosas tan simples como esas he llegado a salvar matrimonios.

¿Es bueno para solucionar problemas domésticos?

Muy bueno. Por ejemplo, en mi casa la mesa es uno de esos carretes grandes de cables eléctricos y mis libros están en palets. Me carga comprar cosas bien hechas, me gusta un cierto feísmo en el diseño, el del cajón frutero. La cultura Parque Forestal no me agrada. Para eso ya existen Barcelona, Madrid  o New York.

Pero ahora hacen muebles de terraza diseñados con los palet.

Me gusta. Ahora el cuiquerío está copiando la cultura popular, algo que nunca había pasado en Chile. Eso es bueno en términos de diseño y creatividad. Yo vivo en un lugar superpaupérrimo como Valparaíso que se está llenando de cuicos. Hay una oferta rara, que se ofrece sin querer, súperbonita.

¿Y eso puede cambiar Valparaíso?  

Puede ser, la ciudad pasa por un momento de inflexión. Los síntomas son pésimos pero hay muy buena gente. Aunque, por otro lado, hay unos politicastros que quieren imponer sus ideas de manera torpe para masificar la cosa ordinaria de tener a todos tomando chela y tocando tambores. No puedes hacer de una ciudad 500 mil tambores por voluntarismo político cultural.

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