Crítica de cine: Los hombres que no amaban a las mujeres
Todo es entretenido en esta trama acerca de podredumbre humana y secretos guardados, pero no hay nada nuevo bajo el grisáceo cielo sueco en el que se desarrolla. Es una cinta que aprueba con lo justo.
Todo comienza con un regalo: una flor dentro de un marco, enviada de manera anónima al magnate Henrik Vanger el día de su cumpleaños número 80. A kilómetros de ahí, se lleva a cabo un juicio. El periodista de la afamada revista Millenium, Mikael Blomvkist, está siendo procesado por cargos de difamación contra un influyente hombre de negocios. El inculpado es hallado culpable y sentenciado a una pena de seis meses. En un tercer frente, la enigmática Lisbeth Salander, solitaria que trabaja como hacker para una empresa investigadora y quien carga un oscuro pasado, padece sueños donde aparecen fósforos, gasolina y un hombre en llamas.
Vanger contrata los servicios de Blomvkist para que investigue la desaparición y posible asesinato de su sobrina Harriet, ocurrido 40 años atrás. Pronto se les une -cómo no- la hacker de las pesadillas y juntos develarán un pasado de asesinatos y decadencia humana, requisitos básicos del género.
Así comienza la primera parte de la llamada trilogía Millennium, basada en los libros superventas del sueco Stieg Larsson. La realización funciona, ya que sigue a pie juntillas todos los parámetros que el thriller obliga. Con una primera mitad que, siendo educados, podría catalogarse como homenaje al clásico de De Palma, Estallido mortal, el filme comienza pronto a transitar por los recovecos de los sospechosos que son inocentes y los inocentes que, bueno, no lo son. Con un par de escenas bastante violentas que involucran a Salander, pero cuyo hilo dramático sólo queda esbozado para ser desarrollado en futuras entregas, el problema de esta cinta es su poca originalidad en la puesta en escena y en el misterio que presenta. Todo es entretenido en esta trama acerca de pasados oscuros, podredumbre y secretos guardados, pero no hay nada nuevo bajo el grisáceo cielo sueco en el que todo se desarrolla.
Nunca aburre ni permite que el espectador se distraiga con el decorado de la sala, pero no sorprende ni emociona. Aprueba con lo justo. Sin atreverse a romper esquema alguno, está siempre en medio de una prueba de conocimiento específico del thriller, en donde cualquier salida de la fórmula podría castigarse y el ejemplo ideal a seguir es un capítulo de Scooby Doo. Gloria a la obediencia.
Director: Niels Arden Oplev.
Reparto: Michael Nyqvist, Noomi Rapace, Sven-Bertil Taube.
Género: Thriller.
País y año de producción: Suecia/ Dinamarca/ Alemania/ Noruega, 2009.
Duración: 150 minutos
Calificación: Mayores de 14 años
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