En completo silencio se ha mantenido hasta ahora la ex subsecretaria de Transportes, Elinett Wolff, que fue removida ayer de su cargo tras divulgarse que la funcionaria mantenía en forma paralela un negocio de distribución de frambuesas en restaurantes de Santiago centro utilizando vehículos fiscales.

Wolff estuvo inubicable durante la mañana, tanto para funcionarios del ministerio como para dirigentes de la colectividad donde milita, el Partido Socialista.

No obstante, pasado el mediodía la ex subsecretaria llegó hasta las dependencias del ministerio de Transportes para afinar los últimos detalles junto a su equipo de trabajo.

En escuetas declaraciones, Wolff dijo estar "muy bien" y que ahora, tras su renuncia, comienza nuevamente "su vida normal".

"La verdad de las cosas es que el paréntesis de mi vida fueron los tres meses en la subsecretaría", informa radio Cooperativa, sin profundizar en el impasse que provocó su abrupta salida del ministerio.

FUNCIONARIOS RECHAZAN TRATO INFAME
En tanto, un cerrado apoyo recibió Wolff por parte de los funcionarios de la subsecretaría, quienes leyeron un comunicado donde califican de "infame" el trato otorgado a la ex autoridad, quien alcanzó a estar sólo cuatro meses en el cargo.

"Los funcionarios y funcionarias de la subsecretaría de Transportes hacen presente su total rechazo al trato infame, injustificado, y de absoluta carencia de respeto personal del que fue objeto nuestra subsecretaria, ingeniera Elinett Wolff", señala el comunicado.

Los trabajadores agregaron que "la decisión del gobierno y las formas adoptadas nos parecen absolutamente inadecuadas inconvenientes y carentes de toda lógica".

Finalmente, destacan que a pesar de este episodio, Wolff "será recordada como una mujer honesta".