HidroAysén estudia sumergir cerca de 170 kilómetros de su tendido eléctrico en el sur

Es una vieja opción, pero en los últimos meses se viene estudiando con más fuerza por parte de HidroAysén. La empresa, que ha contrado a Transelec para hacer el diseño de la línea eléctrica que transportaría la energía generada por este megaproyecto a partir de 2016, evalúa la factibilidad de construir bajo el mar una parte del tendido, cuya extensión total es de 2.000 kilómetros.
Aunque la decisión final la tomarán los socios del proyecto, las eléctricas Endesa y Colbún, altas fuentes ligadas a éste confirman que la opción es hundir cerca de 170 kilómetros (es decir, entre el 8% y 9% de la línea) desde el sur de Chaitén hacia Puerto Montt, emergiendo a tierra antes de llegar a dicha ciudad. Aunque este nuevo diseño responde a razones técnicas y de seguridad, el nuevo tendido -que en total considera una inversión superior a los US$ 2.000 millones- tendría como consecuencia evitar pasar por zonas protegidas, entre las que están las tierras del Parque Pumalín, del empresario conservacionista Douglas Tompkins, entre otras.
Hace un par de años la alternativa de hundir parte de la línea de transmisión fue dejada de lado por sus altos costos. Pero hoy "es una opción sobre la mesa, no sólo por un asunto ecológico y paisajístico, sino geológico y de factibilidad técnica", cuentan al interior del consorcio. Transelec está realizando los análisis respectivos y pronto evacuará un informe al directorio de HidroAysén, a partir del cual se tomará una decisión.
El tema se maneja en forma reservada, pero un director del grupo eléctrico confidencia que "el área de estudio es superior a los 100 kilómetros, entre Chaitén y Puerto Montt, en la X Región". El senador por Aysén Antonio Horvath, quien ha seguido el proyecto desde sus inicios, está en conocimiento de que HidroAysén ha pensado "sumergir entre 120 y 250 kilómetros, dependiendo de los puntos en interconexión", dice.
Según el parlamentario, hay varias rutas posibles, partiendo de la zona de Auchemó, al sur de Chaitén. En su trayecto hacia Puerto Montt, la vía submarina evitaría pasar por el Fiordo Comau y por parques como Pumalín, San Ignacio de Huinay y Hornopirén. "Se tienen que evaluar costos y riesgos, y cómo se comportan las mareas en esa zona (...). Es una zona compleja en términos geográficos que ameritaría construir en otras condiciones", afirma un director del grupo Enersis, quien advierte que la vía submarina es una variante al trazado, "pero siempre pensando en un número acotado de kilómetros".
COSTOS BAJOS Y MENOS IMPACTO
Varios factores han hecho reflotar esta opción, si bien la alternativa de ir por tierra aún está vigente. Un hecho determinante, coinciden fuentes ligadas al consorcio, fue la erupción del volcán Chaitén, que evidenció "obstáculos insalvables" y llevó a una revaluación. "Eso obliga a estudiar el tendido submarino y ese tramo coincide, además, con Pumalín", cuenta una fuente vinculada al proceso. La fragilidad de la zona también quedó al descubierto con el vaciamiento del lago cercano al Ventisquero Colonia, lo que, a juicio de un cercano al proyecto, también pesa. "No quieren más factores de riesgo", opina.
Entre los beneficios que tendría construir bajo el agua, explica un director de Enersis, están el menor impacto ambiental, evitar el paso por zonas geográficamente complejas y por comunidades que pueden presentar oposición al proyecto. Además, está el factor climático: "En esa zona cae mucha nieve, lo que puede complejizar la operación de la línea", dice.
Otro tema que modificó el escenario tiene que ver con los costos. Aunque esta tecnología era cerca de 10 veces más cara que las líneas aéreas, la diferencia entre ambas se ha ido acortando: hoy es entre seis y siete veces más. "Hace dos años era inviable. Hoy es una opción más cercana", agrega un director de Enersis. Con todo, uno de los aspectos pendientes es la capacidad técnica de los cables submarinos, que podría restringir el transporte de la energía. Este tema se despejará con el estudio de Transelec.
FACTOR PUMALÍN
Aunque se ha dicho que la opción submarina es la que más convence a Tompkins, uno de los más duros opositores al proyecto, cercanos a él enfatizan que "no es una alternativa, porque no resuelve la intervención en la Patagonia y en otras zonas de interés turístico. Esto no reemplaza los 2.000 kilómetros de líneas de alta tensión", explica Hernán Mladinic, director ejecutivo del Proyecto Pumalín.
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