El nombre de Catherine Millet se asocia al mayor escándalo sexual que se recuerde en la literatura francesa de los últimos años. A su lado, las perversiones descritas por Michel Houellebecq en sus libros son un juego de niños malcriados sedientos de emociones fuertes.

En 2001 Millet era (y es) la reputada editora de la prestigiosa revista de arte parisina Art Press, a quien nadie imaginaba que después de las recepciones en museos y sus encuentros con la clase artística más chic de la ciudad luz, daba rienda suelta a sus pasiones desatadas en plazas, estacionamientos, callejones y en cualquier lugar en que pudiera ejercer su sexualidad con desconocidos.

Después de muchos años dedicada a los placeres carnales de todo tipo, Millet editó el libro La vida sexual de Catherine M., donde asumía su condición de defensora del sexo libre y hacía una muy gráfica descripción de sus encuentros, los que causaron una conmoción en la élite parisina, poco dada a que una señora bien y refinada, estuviera en orgías con veinte hombres o teniendo encuentros sexuales en plena calle.

"Para mí, literatura erótica y pornográfica son lo mismo: es un poco hipócrita establecer una diferencia. Suscribo la idea de que la pornografía es el erotismo de los otros. No quise escribir una novela erótica, quise contar la historia de mi vida concentrándome en el hecho sexual", dijo durante el lanzamiento del libro.

El libro fue obviamente un superventas, con más de dos millones de ejemplares vendidos, y vino junto a una boom de productos hechos por mujeres donde se asumía una renovación de la forma en que estas enfocaban su sexualidad: las novelas Cien cepilladas antes de dormir, de la italiana Melissa P., El dulce veneno del escorpión, de la brasileña Bruna Surfistinha, o los filmes Fóllame y Post Coitum, Animal triste.

Pero el destino operó de manera irónica para la osada Sra. Millet. Y el resultado de su particular periplo sexo-emotivo se acaba de lanzar en Francia. Día de sufrimiento (Jour de souffrance) es su más nuevo libro, donde la autora se enfrenta al reverso de su medalla: las aventuras sexuales que su pareja, Jacques Henric, sostuvo paralelamente a su relación con ella, y que la escritora descubrió por fotos y escritos.

Henric es un fotógrafo que durante décadas capturó en desnudos a su mujer, con los que posteriormente al escándalo del libro, lanzó con el título Légendes de Catherine M. "Sufrí terriblemente porque estaba desgarrada por una contradicción", dijo Millet recientemente. "¿Cómo puedo culparle por comportarse de la misma forma que lo hice yo durante tanto tiempo?", dijo la escritora de 60 años.

En contraposición a su primer libro, caracterizado por una mecánica descripción de sus encuentro sexuales, en Día de sufrimiento Millet experimenta con la emoción y el sentimiento de estar irremediablemente "enferma" de celos. Esta opción, a juicio de Millet, le resultaba muchísimo más difícil. "Soy mucho más reservada sobre mis sentimientos que sobre mi cuerpo", dijo.

Alguna vez dijo: "Se puede tener buen sexo sin sentimiento. No hay ninguna diferencia. No quiero reprimir los sentimientos, pero uno puede tener experiencias sexuales fuertes y violentas con gente que no conoce de nada". Pro las cosas cambiaron cuando la infidelidad de su pareja golpeó a su puerta, y provocó que los celos de Millet se transformaran en obsesión al imaginarse a Henric teniendo sexo con otras mujeres. Estas le daban placer sexual pero también le causaban mucho dolor.

Y pese a reconocer que la actitud de su marido le causó daño, Millet sigue siendo fiel a su ideas sobre el sexo libre. "No cambié mi moralidad sexual en absoluto (...) Sigo creyendo que todo el mundo debe disfrutar de la libertad sexual. Para mí es una cuestión moral en el sentido de que se trata de respetar al otro", agregó. Millet y Henric, que se conocieron cuando ella tenía 24 años, son felices juntos. "La crisis se superó hace algunos años, dijo.