Juan Paillal (7) le costó conciliar el sueño el viernes. Se durmió pasado la medianoche, porque 10 horas más tarde volaría por primera vez. Sería un regalo navideño anticipado, porque el 2012 no pudo celebrar la festividad.

A días de que terminara el año y de que él cumpliera seis años, le diagnosticaron un linfoma de Hodgkin, en otras palabras, un cáncer en el sistema linfático.

"Había recibido una bicicleta, pero no quería nada con el Viejo Pascuero", relata su madre, María Cristina Machuca.

A un año de eso, ayer Juan fue uno de los ochos niños que se subieron a un avión y volaron sobre la capital. Esto, como parte de una iniciativa que el Club Aéreo de Santiago organiza desde el 2011 en el Aeródromo de Tobalaba.

La iniciativa partió a solicitud de Claudio Peña, que si bien no tiene relación directa con el club, es padre de un niño que tuvo cáncer. Y al sobrevuelo están invitados los pacientes de la Unidad Oncológica del Hospital San Borja Arriarán, que tienen entre dos y 16 años, pero también pueden recibir a niños de otros recintos.

"Piloto Krishna". Así decía uno de los jockey que lucían los pequeños pasajeros. A las 10.23 se encendieron los motores de los siete aviones cuyo plan de vuelo comprendía Río Maipo, Lonquén y Laguna Aculeo.

Ansioso y sonriente, Juan se aferró al cinturón de seguridad y, junto a su madre y hermano, respondía las preguntas del piloto, quien le enseñaba los elementos del avión. Pese a que en ciertos momentos se asustó con algunas turbulencias, no despegó la vista del paisaje, siguiendo las palabras del piloto, Ricardo Bittelman: "Los techos rojos son regimientos, Juanito", describía.

De vuelta en Santiago, Juan confesó que "nunca había volado y me volvería a subir". Mientras su madre calificó la experiencia como "un regalo extraordinario". Además, los niños recibieron una piocha del club y un diploma por su participación.

"Cada experiencia es un gran orgullo. Es bonito ver la cara de felicidad de los niños y pilotos cuando bajan emocionados", destacó Hans Gesche, presidente del directorio Club Aéreo.

Con el anhelo cumplido, los niños se retiraron luciendo un mensaje en sus vestimentas: "Nunca abandones tus sueños, porque tus sueños te harán volar para siempre".