Opinión

María Corina, símbolo de la libertad

Foto: X @MariaCorinaYA

Todos lo vimos. Casi en directo. Por el cambio de hora la voz ronca, que es la de una persona despertada en medio de la noche, menos suave de lo usual en los primeros segundos, carrasposa. Las frases del Presidente del Comité del Nobel de la Paz, cuando se comunica con María Corina Machado para anunciarle que ha sido laureada por su inestimable coraje y valor en la defensa de los principios democráticos, contra una dictadura salvaje. El desconcierto inicial, el silencio, el profundo silencio de alguien que no sabe cómo reaccionar, oculta en algún lugar de Venezuela.

Como muchos venezolanos (7,7 millones) que viven fuera del país, pienso en el rayo que traspasa su cabeza en ese momento; no ha abrazado a sus hijos desde la Navidad de 2024. Luego de los silencios el estupor y un repetido e incrédulo “I´don´t have words”, (…) “I´don´t have words”, buscando las palabras para decir algo después de una larga lucha. ¿pasan por su cabeza rápidamente las millones de personas que la acompañan en ésta lucha? ¿Los compañeros caídos, exiliados, perseguidos y torturados? Pareciera que sí. El encargado de darle la noticia desde Oslo se conmueve, su voz se quiebra. La escena es única, la voz baja, el estupor, la clandestinidad, el coraje, la entrega, la necesidad de dar una lucha titánica contra un régimen de matones y narcotraficantes, pero sobre todo, la lucha por la libertad de un pueblo.

Después de la sorpresa y el anuncio oficial, la noticia a los pocos segundos corre en portales de noticias de todo el planeta. Se trataba de un símbolo. Como ella mismo ha aclarado, “éste premio no es para mí, es para todos los venezolanos que han dado la lucha sin cuartel”, es ese beso al aire lanzado a los francotiradores en medio de una protesta, ella parada sobre el techo de un automóvil, ellos apostados escondidos asustados pese a sus miras telescópicas tras los edificios. Coraje.

Pero el coraje de algunos es el oprobio de otros. La izquierda del mundo inmediatamente o guardó silencio cómplice -en Chile particularmente para no tensionar aún más las diferencias del PC de Jara, con el resto de una coalición de cartón- y en España, con las brutalidades de Monedero -acusado presuntamente de abuso sexual- o las barbaridades de otro mentor del Frente Amplio chileno, Pablo Iglesias de Podemos, que señaló que el Nobel después de esto podrían dárselo a Hitler de manera póstuma. La comparación fuera de lugar de personajes que hace mucho demostraron su calaña. En Chile, Lautaro Carmona o Carmen Hertz repitiendo que era un premio político. En el pasado, a todos los nombrados y sus politburós tampoco les agradaron los premios Nobeles de Lech Walesa, líder de Solidaridad en Polonia y su primer presidente luego del colapso de la URSS. Lo mismo, jamás fueron capaces de tolerar el premio a Gorbachev, o aún peor a Alexander Solzhenitsyn en Literatura, por su obra y denuncia en Archipiélago Gulag, donde constata los horrores del comunismo.

A pocos días de conmemorarse un nuevo 18 de octubre, los silencios de varios, entre ellos, el del Presidente Boric -dado a exhibir, incluso sus peripecias de padre primerizo en redes sociales- demuestra el talante ético de la izquierda que gobierna y que tomó el control histórico de ésta, desconociendo la gesta que muchos ejercieron desde la valentía. Porque negaron y se avergonzaron de lo construido, dando paso a la connivencia con la violencia y la destrucción, con la agenda identitarista, que niega la libertad política, y la resolución por las vías institucionales de los conflictos de una sociedad, salvo que sea en para su conveniencia. Esa misma agenda que éste fin de semana lanzaba pintura roja contra un cuadro de Colón en el museo naval de Madrid; esa que frente a María Corina guarda silencio o insulta, pero que cuando debe proteger a violadores o abusadores compañeros no hace nada. No vimos a ningún movimiento feminista radical, y probablemente no lo veremos, pronunciándose por una mujer valiente y corajuda, eso es sólo para los propios.

Ese espíritu “destituyente” sigue allí, agazapado en un silencio cómplice que trastabilla, niega o ladra frente a personas como Machado. Corina, es molesta para aquéllos que no son capaces de reconocer con todas sus letras que Cuba, Venezuela o Nicaragua son heridas sangrientas en América, son el ejemplo de modelos fracasados, porque para que exista libertad económica antes debe existir libertad política, de expresión, de votar o ser electo, sin ello no hay nada, hay solo palabras vacías de dictadores payasos.

Para quienes creemos en la libertad siempre, el grito de María Corina es un beso lanzado al aire a sus adversarios, que a ella, la consideran enemiga. “Bruja diabólica”, gritó el gorila que baila frente a su estridencia chabacana y malsonante.

Para todos ellos valgan las palabras del que recorrió los campos de La Mancha luchando contra molinos de viento, pues defender la libertad, requiere no sólo coraje, sino además un dejo de locura para dejarlo todo. Eso hizo el Quijote, eso hace María Corina escondida y dando la lucha. “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”.

Por Gabriel Alemparte, abogado.

Más sobre:María Corina MachadoVenezuelaPremio Nobel de la PazMaduroDemocracia

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

⚡¡Extendimos el Cyber LT! Participa por un viaje a Buenos Aires ✈️ y disfruta tu plan a precio especial por 4 meses

Plan digital +LT Beneficios$1.200/mes SUSCRÍBETE